Las marcas son como historias, necesitan tiempo para escribirse, tiempo para ser contadas y tiempo para poder disfrutarlas. La audiencia es la que contará la historia y la hará propia, si nuestra marca no tiene personalidad será difícil que la recuerden.

¿Te has planteado alguna vez qué personalidad tiene tu empresa?

Forjar la personalidad de marca de tu empresa le permitirá relacionarse como si fuera un ser humano. Una personalidad auténtica, única y distinguible de todos tus competidores. La mayoría quiere ser todos para todos. Quieren ser populares pero exclusivos. Que su marca sea masculina pero también femenina. Que sea juvenil pero a la vez sería y madura. Debes tener muy claro quién es tu público objetivo y crear una personalidad de marca auténtica para que los atraiga y les haga sentir cómodos. Intentar llegar a todo el mundo, hoy en día, es el primer paso para fracasar con tu negocio.

¿Cómo se construye una personalidad de marca?

Antes de nada debes identificar los beneficios, es decir, los aspectos tangibles e intangibles que tu marca puede ofrecer a sus consumidores y grupos de interés. En segundo lugar, y no menos importante, debes identificar los valores que hacen referencia a la forma de ser de la marca.

Son los rasgos intangibles que aportan un valor añadido y un compromiso que la marca se da a sí misma, no necesariamente deben ir ligados al producto o servicio que ofrece tu empresa. Una forma útil de reflexionar sobre de qué trata nuestra marca y cómo se relaciona con el mercado, es conocer el concepto de ‘arquetipos de marca’ que se ha desarrollado a lo largo de los años, basándose en el trabajo de Carl Jung sobre sus 12 arquetipos de personalidad.

Te recomiendo que abandones tu lectura durante unos minutos y lo busques en Google para conocer los diferentes perfiles y sus ejemplos con grandes marcas. Te ayudará a asimilar los conceptos y así podrás tenerlo en cuenta a la hora de trabajar con tu marca e identificar su personalidad.

¿Existe la personalidad de marca en las pymes?

Desde luego que sí. Pero muchas veces por error se confunde la personalidad de la empresa con la personalidad de la propiedad y no debería ser así. Una marca es un ente independiente que representa a una empresa. Haz el siguiente ejercicio y pregúntate, Mi marca es… ¿Tradicional o innovadora? ¿Adulta o joven? ¿Popular o premium? ¿Local o global? ¿Tecnológica o artesana? ¿Simpática o seria?…

La sociedad se ha organizado por tribus y nichos de mercado, ya no hay un único mensaje y una sola forma de decirlo. Es imprescindible comprender que no es sólo lo que decimos, sino cómo lo decimos. Para una comunicación de marca eficaz resulta imprescindible conocer tu público objetivo y ofrecerle el contenido relevante que le aporte un valor añadido o diferencial.

Debes tener claro que una marca jamás podrá ser una persona, pero para que una marca corporativa pueda ser coherente y relevante en sus estrategias, es necesario construir una personalidad propia.