En esta reflexión deseo que el lector ponga toda su inteligencia en el análisis de las 'causas' tanto externas como internas de los hechos y resultados, sin dejar de creer en las casualidades. Este 'activo' le aportará un ahorro de tiempo en los procesos de orientación a la fidelización y venta, evitando distraerse en la 'caza' estéril de 'culpables externos'. Recuerde que en el veloz y competitivo mercado de crear demanda 'tarde siempre es tarde'.

Cuando vamos al oculista, acostumbra a ponernos a una distancia prudencial frente a una pantalla iluminada con una letra enorme que acertamos a la primera 'la a'. A continuación, nos pone a prueba con otra letra más pequeña en la pantalla, que habitualmente también acertamos con más o menos precisión 'la b'. Siendo finalmente sustituida por otra más pequeña, que después de varios intentos la vemos, no sin dudas, como la “C”, pero es la “E”. Gracias a la mejora de nuestra potencia visual, podemos percibir la pequeña diferencia entre la 'e' y la 'c', como existe en las palabras de 'sanatorio' y 'tanatorio', obviamente con significados muy distintos. Si asimilamos la potencia visual a la 'formación', ésta también nos permitirá diferenciar, los detalles que nos conducen al éxito o al fracaso.

Son muchas las personas que atribuyen las circunstancias de su vida profesional a la casualidad, que sin negarla, porque como somos de los que creemos que la 'suerte' existe, consideramos que ésta nos ayudará mucho más a 'mejorar' si ponemos toda nuestra inteligencia, autocrítica positiva y humor en el análisis de 'las casualidades', analizando el porqué de cada una de las cosas que nos ocurren y los 'para qué' de cada una de las decisiones que tomamos. Obviamente este análisis y su acierto, volverá a depender de nuestra potencia, es decir del nivel de formación en las aptitudes y de las actitudes y especialmente del equilibrio emocional de que hagamos gala en las circunstancias adversas, fruto también de los procesos de formación en los valores que generan relaciones y reacciones positivas construyendo conexiones.

Muchas de las personas que nos consultan sus problemas profesionales no son conscientes de que por su forma de pensar y en consecuencia de actuar, son la principal causa del problema que les preocupa. Desgraciadamente, en una mayoría aplastante de los casos, cuando después de recabar toda la información necesaria, estudiarla y aplicar todos los conocimientos, experiencia e imaginación de que somos capaces, hacemos llegar a los solicitantes de la citada ayuda la mencionada conclusión.

La primera reacción es de rechazo hacia las posibles soluciones, porque fundamentalmente pasan por su persona. En definitiva, no es lo que querían escuchar, pasando a continuación a un estado de enfado hacia nosotros por haberles considerado parte del problema, y en consecuencia, de la solución "querían escuchar casualidades externas y no causalidades internas".

Queremos acabar esta reflexión con una bonita historia: Un padre intentó durante un año educar en la concordia a sus dos hijos de 12 y 13 años. Al no conseguir que sus hijos dejaran de pelearse día sí y día también, les propuso que cada vez que peleasen clavaría un cuchillo en la barandilla de madera que conducía al primer piso. Así lo hizo. Al cabo de tres meses no cabían más cuchillos en la barandilla. Sus hijos ante tal dramática estampa decidieron y así se lo hicieron saber a su padre que 'no se pelearían más'. Su padre les propuso que cada día transcurrido sin pelearse, arrancaría un cuchillo de la barandilla. Transcurridos otros tres meses, los hijos muy contentos advirtieron a su padre de que ya no había cuchillos en la barandilla. Su padre les felicito y les enseñó 'las heridas en la madera'… Les invitamos a contar esta bonita historia en su conducta diaria.

¿Domina y practica esta reflexión para saber y querer ejercer con éxito de líder de ventas y rentabilidad?