Toda economía se inicia gracias al denominado sector primario que agrupa todas aquellas actividades que suponen una extracción directa de la naturaleza para la obtención de bienes que son empleados como materias primas por otras industrias. Así pues la agricultura, la ganadería o la pesca son industrias que dan comienzo al ciclo económico de nuestra sociedad moderna.

Quizás por su rotundidad o por su aparente simpleza como mecanismo universal de inicio, este sector ha sido progresivamente relegado a una posición casi residual en la valoración y percepción de los ciudadanos, acostumbrados a la abundancia de toda clase de bienes exquisitamente procesados y presentados para su promoción y venta. Sin embargo, la soberanía alimentaria juntamente con la energética son los dos pilares esenciales para garantizar la viabilidad y resiliencia de cualquier sociedad, como acredita la nueva hoja de ruta de la Comisión Europea y la aplicación directa de gran parte de los Fondos Europeos a estos dos sectores básicos para nuestra supervivencia.

Gracias al Club DM, ayer algunos pudimos asistir a un interesante evento sobre la actualidad y futuro de este sector en nuestras islas, del que pueden resaltarse las siguientes conclusiones:

“Capacidad”: el relevo generacional unido a procesos de innovación y tecnificación permiten augurar un refortalecimiento del sector, en beneficio de todos.

“Responsabilidad corporativa”: la integración de medidas correctoras ambientales, la promoción de la agricultura KM 0 y la producción mediante técnicas ecológicas se hacen necesarias para la pervivencia de sector en la Europa libre de emisiones.

“Consumo responsable”: focalización comercial del sector hacia el consumidor local estrechamente vinculado con su territorio y con la alta calidad de los productos insulares y paralelamente potenciación de la valorización turística de la gastronomía regional como mecanismo de sustentación del sector.

“Agroenergía”: esencial para rebajar la elevada dependencia de los combustibles fósiles del sector. Según cálculos de la FAO la agricultura de los países industrializados gasta hasta cinco veces más energía comercial para producir un kilo de cereal que la agricultura en África y es que, según este organismo, para producir una caloría de alimento, hoy en día, se consumen de media 10 calorías de energía fósil. En este sentido la hibridación entre agricultura y energía solar ( agrovoltaica ) está en pleno auge, a escala mundial, como instrumento de maximización - recíproca y simbiótica - de la eficiencia de cultivos y de la energía fotovoltaica, impulsando a su vez la reducción de costes de la producción agrícola.

Ayudas europeas” : esenciales para la transición del sector hacia un modelo agrario definitivamente sostenible que lo convierta en uno de los principales actores de la mitigación de la emergencia climática, contribuyendo así a la construcción de un hábitat y unos hábitos alimentarios netamente saludables. Las subvenciones anunciadas para la digitalización y la bioagricultura, entre otros, son un impulso esencial para promover y preservar un sector fundamental para nuestro archipiélago.

Dicen que somos lo que comemos y que identidad y soberanía están entrelazadas y determinan nuestro Destino. Podemos y debemos alcanzar la soberanía alimentaria de la mano de la soberanía energética. Hacerlo sólo depende de nosotros. Enhorabuena a los que conforman el sector primario por su ímprobo trabajo. Como ayer pudimos constatar… el campo está abonado.