En los últimos meses el precio de los carburantes ha sufrido un aumento exponencial que ha superado registros históricos en España. Esta realidad se refleja en las gasolineras aunque en muchas ocasiones, cada una tiene un precio distinto. ¿A qué se debe?

A principios de enero, el precio medio de la gasolina en el país estaba en 1,199 euros/litro, 40 céntimos más barato que la actualidad, que se encuentra esta semana en 1,608 euros por litro. En apenas dos meses, ha subido un 35%.

El diésel no se queda atrás ya que también ha aumentado un 37%. Durante el primer mes del año, el gasóleo se encontraba en 1,085 euros por litro y en la actualidad ha escalado hasta los 1,496 euros, rozando el euro y medio por litro.

En Baleares, el precio medio de la gasolina en la primera semana de marzo se encuentra alrededor de 1,700 y 1,740 euros por litro, lo que supone un gasto de aproximadamente 86 euros para llenar un depósito de 50 litros. En el caso del diésel, el aumento exponencial con el paso de las semanas es muy similar: entre el 28 de febrero y el 4 de marzo, la media del precio del gasóleo se ha movido entre 1,600 y 1,6400, unos 81 euros por llenar el depósito.

Sin embargo, las grandes diferencias que se encuentran entre las distintas estaciones de servicio de la isla y que suponen, en ocasiones, un buen ahorro de dinero, responden a una realidad algo más compleja. Entre las gasolineras más económicas y las más caras, suele haber una diferencia de entre 12 y 17 céntimos, que se traduce en un ahorro de entre 8 y 10 euros, dependiendo del día. Sin embargo, el motivo no es otro que los distintos modelos de negocio que tiene cada gasolinera.

El presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Baleares Joan Mayans Moll aclara que las estaciones de servicio más baratas son automatizadas y no cuentan con personal que atienda a los clientes, por lo que la empresa ahorra en los sueldos y eso se traduce en un carburante más económico. A su vez, las gasolineras que ponen precios más elevados tienen "personal que atiende al cliente y vigilia por la seguridad de las instalaciones, además de multitud de servicios". Estas también añaden aditivos a los carburantes que ayudan a optimizar el rendimiento, bajar el consumo y alargar la vida del motor de los vehículos.

Mayans insiste en la importancia de conocer la realidad de las estaciones de servicio mallorquinas que son pequeñas empresas o empresas familiares: "Las estaciones de servicio compramos el carburante a precio de mercado. Si en algún momento el mercado sube y compra el carburante “caro”, no le queda más remedio que trasladar ese sobrecoste al precio del carburante. Y si además, es una estación de la Part Forana, un servicio que vende pocos litros, va a tardar más en vender ese carburante que compró a un precio “caro” y, por consiguiente, va a tener más tiempo los precios de venta altos".