El gremio de futbolistas profesionales es mucho más amplio que las estrellas de Primera. Más allá hay centenares de jugadores, especialmente en Segunda B, que pueden vivir de ello sin ir especialmente holgados. Ahora, la crisis del coronavirus ha impactado de lleno en las economías de estos futbolistas que han visto cómo sus clubes llevaban a cabo expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Marc Rovirola, jugador del Atlético Baleares, explica su actual situación: "Vivo en Palma y aquí los alquileres son caros. El dinero que te da el ERTE es el que te dejas en el alquiler. Así que los gastos de comida y de la casa te hacen perder dinero".

Rovirola asegura que habría regresado con su novia y con su perra a Cataluña "para pasar el confinamiento allí", pero el ERTE llegó a finales de marzo y entonces "la posibilidad de desplazarse ya se había reducido mucho".

"Las medidas sanitarias para Segunda B y Tercera tendrían que ser las mismas que para Primera y Segunda. Veo muy complicado que volvamos a jugar esta temporada. Los ingresos que generamos nosotros no son los que generan los clubes de LaLiga", concluyó.