La reunión extraordinaria de la asamblea -por clubes- de la Federació Balear de Trot (FBT) no solo permitió el pasado viernes el final -en teoría- de la presidencia al frente de la entidad de Joan Llabata. También deparó poner fin a la histórica ´barra libre´ que se permitiá a los conductores de las carreras de sus hipódromos.
Para eso, los compromisarios aprobaron una "ampliación del Código de Carreras relativa a los controles preventivos de alcoholemia para la seguridad en la competición". Una medida que impedirá competir a ningún conductor o entrenador que presente cualquier traza de presencia de alcohol en su organismo.
Así de claro queda en el artículo 6 del nuevo reglamento de los bautizados como: "Controles Preventivos de Alcoholemia para la seguridad en la competición de una persona que monta o entrena en una carrera pública". Un artículo que impone: "No hay tasa de alcoholemia mínima permitida, por lo que no se superará la prueba cuando sea en niveles superiores a 0.00 milígramos por litro de aire expirado". Es decir, no se permitirá superar el ´cero punto cero´ bajo ningún concepto.
La medida, justificada para preservar "la seguridad en la competición", se presenta drástica y no coincide con la propuesta que llevó a la asamblea extraordinaria la junta directiva de la FBT todavía presidida por Llabata. Un colectivo que, en su reunión del martes 13 de septiembre, ´supuestamente´ acordó permitir llegar a la tasa de 0.25 milígramos de alcohol por litro de aire expirado, como ocurre en los controles convencionales de tráfico, para pilotos no profesionales.
Igualmente, el nuevo reglamento plantea que "estos controles, en caso de ser requeridos, serán condición imprescindible para poder competir en la jornada de carreras del mismo día e hipódromo. Todo federado, si es requerido, deberá someterse a estos controles de seguridad".
