Joan Lluís Pons (Sóller, 1996) se prepara en las Canarias para su estreno en unos Juegos que afronta “con la ilusión de un niño que va a un parque de atracciones”.
-¿Qué siente ante su primera experiencia olímpica?
-Realmente, muchas ganas. Es algo imponente, el evento deportivo más importante del mundo. Pero sí, muchas ganas. Para mí, ahora, es como si tuviera que ir a un parque de atracciones.
-¿Se lo cree que va a estar en unos Juegos Olímpicos?
-Me ha costado, pero ahora ya sí que me lo creo. Soy consciente y lo he notado mucho en el día a día. Me han mentalizado de que voy y de lo que supone ir.
-¿Cuál es su objetivo en su primera experiencia olimpíca?
-Es la mayor cita a la que puedo aspirar y me gustaría llegar allí y hacer un buen papel. Si puedo nadar por la mañana y batir mi mejor marca, que significaría volver a hacer el récord de España en unos Juegos, pues perfecto. Sí que es verdad que la final es muy difícil, ya que pasan los 8 mejores y hay mucho nivel. Para mí sería un sueño la final, pero con ir allí y hacer el récord de España ya estoy más que contento.
-¿Pero se ve con una medalla?
-No, no. Está muy difícil la cosa. Hay mucho nivel y gente muy bien preparada que lleva trabajando mucho tiempo para esto. A mí aún me queda. Mis objetivos en Río no son de medalla.
-¿Cómo se ha preparado para estos Juegos?
-Después de tres años entrenado en un centro de tecnificación y tener una buena progresión, entré en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat. En el CAR, el entrenador me dijo que tenía que entrenar para conseguir la mínima olímpica. Y bueno, a medida que iban llegando los resultados, me lo iba creyendo más. Aún así, fue una gran sorpresa la bajada de tiempo que hice.
-¿Cómo ha sido esa exigencia?
-Muy fuerte. Sobre todo este último año. Ya me supuso un gran cambio el hecho de llegar al CAR, pero este último año en que he querido comenzar la universidad, que han llegado las concentraciones, que ha subido el nivel de los entrenamientos. La exigencia ha sido muy fuerte.
-Dice que ha querido comenzar la universidad. ¿Cómo ha afectado su preparación para los Juegos sobre sus estudios?
-Este año comencé microbiología en la Autónoma de Barcelona y durante el primer semestre pude hacer alguna cosa. Realmente, utilicé mi poco tiempo libre para asistir a clases y pude sacar dos o tres asignaturas. Pero este segundo semestre, desde que me clasifiqué... Solo he estado dos semanas en Barcelona. Claro, quizás nos vamos un mes a entrenar en altura o tengo que entrenar ocho horas diarias. Y no puede ser.
-¿Cuáles considera que serán sus problemas en Río?
-Ya me han comentado que llegas allí y estás en unas instalaciones alucinantes con tus ídolos. Es imponente, pues. Pero bueno, estos últimos meses he estado trabajando para esto. He ido a competiciones internacionales y también he trabajado para afrontar el hecho de que yo tengo tendencia a hacer más rápida la segunda parte de la prueba. Es decir, en unos Juegos nadie perdonará nada y saldrán muy rápido. Tengo que saber plantar cara a esta situación y hacerla ir a mi favor.
-¿Quién es es su ídolo?
-Me gusta mucho un nadador húngaro que se llama László Cseh. Realmente creo que tiene un estilo muy bueno y lleva muchos años intentando conseguir cosas importantes. Para mí es de los mejores que hay. Desgraciadamente, siempre ha tenido algún problema y no ha podido conseguir ninguna medalla olímpica. Espero verlo en algún podio en Río, la verdad.
-Usted, desde pequeño, ha dominado en mariposa. ¿Cómo es que se ha clasificado para los 400 estilos y, además, remontando en la braza?
-Es verdad que desde pequeño he tirado más por la mariposa, que es una prueba bastante dura ya que es un estilo que requiere mucho esfuerzo. Puedo nadar un 400 estilos haciendo un primer pase de mariposa bastante bueno, practicando la espalda que tampoco la llevo nada mal y, además, tengo fuerzas para acabar bien el crol. ¿Qué pasa? Que la braza la tenía bastante mala hasta que entré en el CAR. Estuve prácticamente dos años en los que, al acabar el entreno, yo me quedaba para mejorar la braza. Y mira, al final valió la pena el esfuerzo.
-Al conseguir la mínima olímpica y tocar la campana esta se le cayó al suelo.
-Es que estás eufórico en ese momento. Además, en la piscina conoces prácticamente a todo el mundo y todos gritan. Por el megáfono escuchas tu nombre, que has hecho récord. Es como que lo consigues y que toda la piscina grita contigo.
-¿Pero esperaba conseguir esa marca?
-No, la verdad es que no. Mi intención era conseguir la mínima para el Campeonato de Europa y, allí, intentar la olímpica de una forma u otra. Pero bueno, las cosas salieron diferentes (se ríe).
-¿Tiene miedo del virus Zika?
-No demasiado, la verdad. Nos han informado de sus consecuencias, sobre todo en embarazadas. Pero lo más probable, en personas como yo, es que los síntomas sean malestar, dolor articular y, quizás, un poco de conjuntivitis, y ya está. Lo que sí que debemos hacer es tomar medidas al volver a España.
-¿Después de Río, qué toca?
-Me han dado tres semanas de vacaciones que ya hará casi un año que no disfruto ni de un día libre. Pero luego ya tengo que volver al CAR y a seguir entrenando, que el año que viene vuelve a haber Mundial, a ver si puedo lograr alguna cosa importante.
-¿Espera repetir en los próximos Juegos de Tokio?
-La verdad es que me ha parecido bastante duro llegar a estos. Ahora tengo ganas de disfrutar la experiencia y ver lo que aprendo e ir viendo si tengo ganas de volver, porqué es mucho esfuerzo. El año que viene sí que tengo ganas de seguir haciendo cosas, pero no me gusta hacer promesas a largo plazo. Pero siguiendo así como estoy, seguramente sí. De hecho, si volviera a ir, me gustaría presentarme a 200 mariposa y los 200 estilos, además de los 400 estilos.
