Javier Martí Asensio ha decidido dirigir el Real Mallorca desde Madrid. Desde que el consejero delegado cogió las riendas de la entidad el pasado 7 de agosto, no ha permanecido en la isla más de quince días. Y sus ausencias son cada vez más prolongadas. Este octubre no ha pisado Mallorca. El lunes 28 de septiembre se desplazó a la capital y hasta la fecha no ha vuelto a hacer acto de presencia en la isla. El día 3 viajó a Gijón (desde Madrid) para presenciar el partido contra el Sporting y esa misma jornada regresó a Madrid. Desde entonces no ha vuelto. Ni siquiera cuando la semana pasada trascendió que IB3 Televisió había decidido rebajar drásticamente su patrocinio con el Real Mallorca.

Esta manera de actuar está generando un creciente malestar entre algunos de sus colaboradores en el club. "No me parece normal que pase tanto tiempo en Madrid. Con estas ausencias tan largas hay una especie de sensación de vacío de poder y con los problemas económicos que hay en el club me parece grave que no esté aquí. Sigue mandando desde Madrid, pero no es lo mismo", dice una de las voces críticas con la actitud del máximo responsable bermellón. Pero también los hay condescendientes con las maneras del madrileño. "Es el dueño y gestiona como le parece más conveniente. Mientras sus ausencias no perjudiquen el día a día del club, me parece bien", replica otra fuente de la entidad balear.

Estas largas ausencias están generando una sensación de orfandad en la institución, un sentimiento que se agrava teniendo en cuenta que Javier Martí Asensio reúne todo el poder ejecutivo en su figura. Hay que recordar que tanto el presidente como los consejeros son cargos meramente representativos.

Fuentes del club aseguran que el consejero delegado mantiene diariamente contacto telefónico con Ernesto Chaves, director financiero de la entidad y hombre de la máxima confianza de la propiedad. También conversa diariamente con Nando Pons.

El responsable bermellón no abandonó su absentismo ni siquiera para acudir el pasado viernes a IB3, pocos días después de que la autonómica decidiera reducir a la mitad su patrocinio al Mallorca. A pesar de la elevada suma de dinero que está en juego, Martí Asensio decidió mantener el carácter institucional de la visita y dejó que fuera solo su presidente, Tomeu Vidal, sin atribuciones para negociar.

Eso sí. El pasado domingo viajó a Denia para presenciar en directo el duelo que enfrentó al Mallorca B y al equipo local. Finalizado el encuentro, el dirigente mallorquinista cogió un avión rumbo a Madrid sin pasar por la isla.

Tras su desembarco en la entidad balear, Martí Asensio cobijó la idea de alquilar un piso para fijar su residencia en Palma, preferentemente en la zona del Paseo Marítimo. La búsqueda no duró mucho tiempo, apenas dos semanas, hasta que decidió seguir pernoctando en el hotel Palas Atenea.