Con la victoria de Alonso en el Gran Premio de China, se puso punto final a la era de los motores V10 de tres litros de cilindrada, que ha estado en vigor desde el campeonato del mundo de Fórmula Uno de 1995.

A partir de la próxima temporada los motores que impulsarán a los Fórmula Uno serán V8 con una cilindrada de 2,4 litros, que ya están siendo probados por la mayoría de los equipos y que darán unos 200 caballos menos que los actuales propulsores.

Renault, que ayer obtuvo la última victoria, fue quien introdujo la arquitectura V10 en los motores hace diecisiete años y que fue luego adoptada por la mayoría de constructores, empezando por Ferrari, hasta que en 1995 fue adoptada por la FIA, con una cilindrada de 3000 cc.

La escudería francesa Renault, que regresó a la competición en 2002, ha cumplido el objetivo que se había trazado y ha conseguido el título de campeón del mundo de pilotos con Fernando Alonso y el de constructores en la última prueba disputada.