La colosal etapa alpina de ayer, con final en Le Grand Bornard, permitió coronar a otro rey del Tour de Francia. En este caso al rey de la montaña, el francés Richard Virenque, por séptima vez. Un récord en la Grande Boucle.

Y es que los 49 puntos que sumó -en los puertos del Glandon, la Madeleine, Tamié y la Forclaz- permitieron a Virenque garantizarse su séptima victoria final en la clasificación de la montaña, puesto que sus adversarios ya no pueden matemáticamente alcanzarlo.

Para ser el primero en reivindicar esa hazaña -Lucien Van Impe fue el único que se llevó seis jerseys a lunares- y para adquirir el título oficioso de mejor escalador de todos los tiempos, ahora bastará con que Richard Virenque cruce el domingo la línea de meta de París.

Para garantizarse la proeza, que empezó en 1994, Virenque tuvo ayer que luchar contra los Alpes. Tras errar la primera escapada del día, que inició Simoni en el primer kilómetro, el francés junto con Christophe Moreau armó la caza. El dúo saltó del pelotón en el Col du Glandon, en el kilómetro 38, y se sumó a los fugados a menos de un kilómetro de la cima de la Madeleine, donde Virenque disputó los puntos a Simoni.

Más tarde, exhausto, en la Croix Fry, dejó que Armstrong, el único que lo podía alcanzar, decidiera su destino. Landis coronó el puerto y se llevó 30 puntos. El jersey a lunares no se moverá de los hombros de Virenque hasta París.