La esgrima es una forma única de hacer ejercicios. No existe ningún deporte que ofrezca tanta variedad de características en relación a lo que cuesta practicarlo: resistencia, fuerza, flexibilidad, capacidad de trabajo bajo presión y coordinación (que incluye controlar el tiempo de acción, equilibrio físico/psíquico y la pose).
Mentalmente, es muy similar al ajedrez; ayuda a pensar de forma abstracta, habilidad que ayuda a resolver problemas en la vida diaria. Fusiona mente y cuerpo para sacar el máximo rendimiento de ambos. Y psicológicamente, desarrolla la autoconfianza, dota de paciencia al que lo practica y ayuda a canalizar la agresividad.
Es un deporte de contacto con la ventaja de que es muy difícil hacerse daño. Los trajes están totalmente pensados para evitar accidentes y quienes practican esgrima aseguran que pocas veces sientes "algo más fuerte que una ligera presión sobre ti cuando eres tocado".
Asimismo, puede ser practicada por personas de todas las edades y se considera que el máximo esplendor deportivo se encuentra entre los 35 y 45 años (la madurez mental es igual de importante que la forma física).
Por último, hay estudios que indican que los practicantes de la esgrima tienen una vida más larga y de mejor calidad. De hecho, muchos grandes maestros de esta disciplina deportiva han superado los 90 años con una gran calidad de vida, física y psíquica.