«No ser perfecta significa que estás viva»

‘FAM’ trae este viernes al Teatre Principal d’Inca «la liberación del cuerpo de la presión social», explica la Premio Nacional de Cultura Clara Peya

El espectáculo ‘FAM’ combina música, palabras y danza

El espectáculo ‘FAM’ combina música, palabras y danza / raquel galán. palma

Raquel Galán

Raquel Galán

El espectáculo FAM, que habla con música, palabras y danza de la presión social sobre el cuerpo, deja claro al público que «no ser perfecta quiere decir que estás viva, y eso es deseable, ya que la perfección está muerta», como destaca la pianista y compositora Clara Peya, Premio Nacional de Cultura en 2019. Dirige con su hermana, la bailarina Ariadna Peya, la compañía Les Impuxibles y este viernes traen al Teatre Principal d’Inca esta obra multidisciplinar con la firma de María Velasco, que el año pasado ganó un Max como mejor autora teatral, y la también creadora Judit Colomer.

La presión de la que quieren «liberar» a los espectadores es «muy difícil de esquivar porque vivimos en una sociedad con unas estructuras muy arraigadas, muy materialista, donde la imagen se considera muy importante». Así lo venden debido a que «es una herramienta de control. Si estás preocupada por tu cuerpo y tu imagen, no prestas atención a otros problemas que puedan ser más amenazantes para el sistema capitalista».

Por el contrario, las hermanas Peya proponen «tratar el cuerpo como un regalo, como una fuente de placer, evitando ser víctimas de la imagen», anima la compositora. Frente al «territorio ocupado» en que han convertido el cuerpo, ellas reclaman «volver a tener el dominio sobre él para disfrutarlo. Ahora es como si nos hubiesen colonizado y debemos reencontrarnos con él, coger las riendas y usarlo como fuente de libertad», dice Clara Peya.

La clave está en el título de la obra, que es hambre en catalán, pero «es más que hambre, tiene que ver con las ganas de cambio, de relacionarte con la comida, el sexo, la vida... de forma natural y placentera». Lo especifica porque en FAM se tocan temas como los trastornos de la alimentación, el envejecimiento, la pornificación de lo natural y el consentimiento, todo ello a través de una serie de cuentos de la era contemporánea que empiezan con «un réquiem por el descanso de los cuerpos y se transforma en un himno por la diversidad, los afectos, las acciones, las pasiones».

Con un relato no convencional y una respuesta revolucionaria, rebaten creativamente el canon «agudizado al máximo a causa de las redes sociales», según critica. Peya aporta un dato: «Un estudio señala que únicamente el 6% de las personas que aparecen en las pantallas de todo tipo tienen un cuerpo no normativo. El resto son intérpretes, presentadores y otros personajes públicos con cuerpos muy normativos. Falta una gran representación de la diversidad que realmente existe».

Un ejemplo que da es lo que ocurre con el envejecimiento. Y menciona el habitual comentario «de joven debía de ser guapa» para exponer que en la sociedad actual «las personas guapas y los cuerpos deseables solo pueden ser jóvenes. La vejez es bella, pero el edadismo brutal que vivimos crea limitaciones que no tendrían que existir. Te quita la capacidad de deseo a medida que te haces mayor, cuando una cosa no tiene nada que ver con la otra», como recuerda Clara Peya.

Poesía y autoestima

Con la música, el movimiento y «la capacidad poética» de María Velasco, quien «con poco texto dice mucho», el espectáculo FAM invita al público a «preguntarse cómo se relaciona consigo mismo a través de la autoestima y con los demás a través de las relaciones sexoafectivas para descubrir que el cuerpo es al mismo tiempo el problema y la solución». Ocurrirá este viernes en el Teatre Principal d’Inca a las 20 horas tras triunfar en el festival Temporada Alta y después de que Les Impuxibles hayan abordado otros temas tan sociales como la violencia sexual, en AÜC, y el sufrimiento mental, en Suite TOC núm. 6.