El hecho de que la Fimoteca Española haya descubierto una película documental, realizada en Mallorca por una mujer, Maria Forteza, en la década de los años treinta del siglo pasado ha aumentad el interés en conocer cómo nació ese documental en blanco y negro, que dura siete minutos y que muestra imágenes de Mallorca, mientras de fondo suena la música de Isaac Albéniz. De hecho todo el proyecto es como un homenaje al músico, pues al principio del film una voz y un texto dan a entender el aprecio de la directora hacia el compositor que visitó Mallorca en diversas ocasiones.
La banda sonora que acompaña las imágenes de paisajes y monumentos es una transcripción para orquesta de la pieza en forma de barcarola titulada Mallorcay que el músico compuso en uno de sus viajes a la isla. Era el año 1890 y la pieza, escrita originariamente para piano, se estrenó en Londres, en el Saint Jame's Hall, interpretada por el compositor.
Según los documentos que se han encontrado, Albéniz visitó la isla como mínimo en tres ocasiones, aunque podrían ser más, de las que no se tiene constancia. Las visitas documentadas corresponden a los años 1887, 1890 y 1894. Así lo encontramos datado en el libro Isaac Albéniz a Mallorca que publicaron conjuntamente Antoni Mir y Joan Parets en el año 2004.
Albéniz era muy apreciado entre los melómanos mallorquines, que le invitaron a dar conciertos en el Círculo Mallorquín, el Teatre Principal de Palma e incluso en las cuevas de Artà.
Como escribió Manel García en un artículo de 2007, recordando los 120 años de la primera visita del pianista y compositor a la isla "(Albéniz) solía quedarse más de diez días, mucho más tiempo del necesario para ofrecer sus recitales, aprovechando para ver amigos y disfrutar de la estancia". Según el musicólogo Francesc Vicens, con esas estancias en Mallorca "Albéniz hace suyas las inquietudes de los grandes viajeros románticos que buscaban en Mallorca un paraíso, un lugar idílico para su descanso e inspiración". Para Vicens "la relación de Albéniz con Mallorca es uno de los temas más interesantes para entender el nacionalismo musical". Sobre la música que aparece en el corto de Maria Forteza, Francesc Vicens recuerda que otro compositor posterior, el mallorquín Baltasar Samper, también ilustró musicalmente diversa obras cinematográficas, como La Barraca, cuya banda sonora ganó uno de los premios de la Academia de cine de México. También de Samper es la música para los documentales Mallorca: isla de la calma (1927) y La isla Dorada (1933).
Y ya que hemos citado a Samper vale la pena preguntar a Amadeu Corbera, profesor de musicología del Conservatori y uno de los artífices de la compra por parte de las instituciones mallorquinas del archivo Samper: "Albéniz contaba en la isla con buenos amigos, empresarios y músicos, uno de ellos Antoni Noguera. Podemos afirmar que con Albéniz y Granados nace el interés por el modernismo musical en Mallorca".
Ese interés hacia la música de Albéniz pervivió después de su muerte. Según ha investigado Aránzazu Miró, durante los años treinta se programaron diversas obras suyas en el Festival Chopin, pensemos que en 1934 se cumplieron los primeros veinticinco años de la muerte del músico. Precisamente de este año es un concierto que en Madrid ofreció la Sinfónica de la villa interpretando dos versiones de obras de Albéniz orquestadas por Enrique Fernández Arbós, según tiene documentado la musicóloga Eugenia Gallego, quien también recuerda que en ese mismo 1934 debutó Alicia de Larrocha con un recital de piano en el que "es fácil pensar, aunque sin una certeza absoluta, que interpretara algo del músico".
Es otra vez Aránzazu Miró quien nos informa que en 1933, estando Manuel de Falla en la isla, murió Enriqueta Albéniz, hija del compositor, que estaba casada con Vicente Alzamora, presidente de la Sociedad Filarmónica. También una cuñada del compositor se casó en la isla.
Finalmente y como aseguran algunos estudiosos de la obra de Albéniz, la partitura Rumores de la Caleta podría tener algo que ver con algunas zonas de la costa de Calvià, aunque la pieza lleve la indicación de Ma lagueña.
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