El pintor, ilustrador y muralista Biel Torelló presentó el pasado fin de semana, con motivo de la Fira de la Tardor celebrada en Consell, Miradas efímeras, una intervención artística en las paredes de Can Mariaina, casa de sus abuelos maternos, con un gran éxito de público de viernes a domingo. El mallorquín, licenciado en Bellas Artes en la especialidad de Pintura, plasmó su proyecto como una metafórica representación de la fugacidad de la vida y lo rápido que el tiempo lo convierte todo en ceniza. Es la creación de una obra artística, destinada a su inminente desaparición, debido a unas reformas en el edificio.

La intención del artista, de 34 años y residente en Madrid, era mostrar y criticar algunos de los problemas que rodean al individuo y su sociedad.

"En esta serie de intervenciones artísticas he intentado reflejar de la forma más dulce y amable posible la crudeza y la belleza de la vida, que tanto nos castiga y a la vez, tanto nos otorga", explicó Torelló.