Las Sibil·les de Mallorca, con toda la magia y fascinación que despiertan en el espectador, se subirán en un único escenario este fin de semana. Un espectáculo impulsado por la promotora Euroclàssics que podrá contemplarse el viernes en la Església del Monestir de la Concepció (Palma), a partir de las 20 horas; y el sábado en el Poblat talaiòtic de Son Fornés (Montuïri), desde las 18 horas.

"Queremos mostrar las distintas Sibil·les que existen en la isla y difundir la riqueza de este canto que forma parte del imaginario colectivo de los mallorquines", señala Xisco Blanco, responsable de Euroclàssics.

Los conciertos de Palma y Montuïri estarán protagonizados por las Sibil·les de Lluc, Valldemossa, Campos y Manacor, es decir, por Helena Blanco, Júlia Colom, Carmen Jaime, Inès Mas y Sandra Solascasas. También actuarán el músico Hernan Livolsi y la Coral Sant Jaume.

Para poner al público en contexto, el musicólogo Amadeu Corberá explicarás las características de cada una de las Sibil·les.

El público que acuda a las interpretaciones de Montuïri tendrá la oportunidad de realizar una visita guiada por el poblado talayótico de Son Fornés antes del concierto. "Al ser este el Año Europeo del Patrimonio hemos querido ligar esta celebración con la declaración de la Sibil·la como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y Son Fornés nos pareció un lugar adecuado", aclara Blanco.

La Sibil·la es un canto de origen medieval que forma parte de los maitines de Navidad. Su importancia radica en el hecho de que es uno de los pocos ejemplos aún vivos del folclore religioso medieval, que tan solo han pervivido en Mallorca y Alguer, y de ahí que fuera declarado Bien de Interés Cultural (Consell de Mallorca, 2004) y Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (UNESCO, en 2010).

Un poema sobre el juicio final

El Canto de la Sibil·la es el canto de un poema sobre el juicio final, el Judicii Signum, que reproducía las profecías de la Sibila de Eritrea. Los versos de esta profecía formaban un acróstico de significación cristiana que San Agustín reprodujo en latín en el libro 18, capítulo 23 de su obra De Civitate Dei. El texto latino fue incluido en un sermón titulado Contra iudaeos, que se atribuyó a San Agustín, pero que era del obispo Quodvultdeus de Cartago y que se leía en la lección novena de los maitines de Navidad.