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Entrevista

Carmelo Gómez: "El teatro puede recuperar el valor de la palabra, por eso es atacado por el poder"

"Los centros dramáticos nacionales son excesivamente conservadores con las relecturas de los clásicos"

Carmelo Gómez, ayer, en el C.IN.E. de Sineu. M.M.

Quedan pocas personas con tanta dignidad y amor por lo que hacen como Carmelo Gómez. Es un don Quijote del siglo XXI. Hace dos años dejó el cine, un sector malherido por la crisis, los recortes y el dominio de las televisiones. "

Gómez se ha consagrado al teatro, a trabajar la palabra y a recuperar a los clásicos. Esto no es una derrota, es una lucha contra los molinos de viento. El actor imparte esta semana en el espacio C.IN.E. de Sineu junto a Emi Ecay un taller sobre verso a partir de El caballero de Olmedo de Lope de Vega. Reivindica la poesía "como la única manera posible de mirar a la realidad a la cara". "Cuando realmente queremos definir algo en nuestro momento contemporáneo y a partir del racionalismo extremo en que vivimos, las cosas se alejan de nosotros y nos dan la espalda. Y entonces el desasosiego nos invade", sostiene.

Por eso está convencido de que "la poesía es un asidero": "Se acerca a una sugerencia de la realidad. Y la sugerencia encaja con cada una de las versiones que puedan tener los espectadores", opina. La poesía no se lleva bien con el pensamiento único.

El intérprete, ganador de dos Goyas, cree que en estos momentos no se tiene el lenguaje necesario o propicio para poder hablar de según qué cuestiones. "Hemos tenido otras épocas de más capacidad lingüística. He conocido gente que tenía un lenguaje propio y no repetía lo que sale en los telediarios", apunta. "Ya nada significa nada y da todo igual. Una vez que la palabra pierde relación con la verdad, se vacía", lamenta. Gómez aboga por reinventar el lenguaje para que las palabras vuelvan a recuperar el valor que han perdido. "Te pondré un ejemplo: los bancos hablan ahora mismo de fraternidad. Una palabra que no les pertenece. Cómo pueden hablar de ello cuando lo único que pretenden es beneficiarse de otro. De alguna manera nos han robado esa palabra", apostilla.

Este caballo de batalla, devolverle a la palabra su valor y significado, puede liderarse desde el teatro, sostiene Gómez. "La palabra tiene un elemento volitivo importante y es que sirve para comunicar. Paradójicamente hemos perdido la comunicación cuando estamos hablamos por los codos. Algo está pasando. Hay ámbitos en los que se puede recuperar esa comunicación. El teatro es uno de ellos. Por eso es tan atacado por el poder. La palabra ahora la dominan cuatro señores que son los que abren los telediarios", denuncia.

Gómez confía mucho en el revulsivo que suponen los clásicos, pero cree que las relecturas actuales de los centros dramáticos nacionales son excesivamente conservadoras. Sí tiene excelentes palabras para Helena Pimenta, "valiente", quien le dirigió en El alcalde de Zalamea. "Los clásicos interesan generalmente porque son piezas de museo, porque no tienen una relación directa con el momento. O eso es lo que piensan", asegura. Su devoción por Lope se explica "porque es un autor que siempre tenía una obra no escrita. Detrás de la pieza que escribe siempre hay otra. Y creo que ahí es donde hoy hay que hacerle una lectura", opina.

Recuperar al escritor de Fuenteovejuna, a Calderón, a Tirso y sobre todo a Cervantes está cargado de significado. "Estaban también en un momento de lucha con una realidad que no entendían y que no respetaba los derechos humanos. Es una situación muy parecida a la nuestra. Venimos de una bonanza, entramos en quiebra y resulta que los valores se ponen al servicio del poder. Eso es el Barroco. Hay un paralelismo de situaciones claro. Como reyes que se van de caza y no sabemos para qué sirven y que cuesta mucho mantenerlos, abrasar al pueblo a impuestos, la deshumanización, etc.", argumenta.

Carmelo Gómez lo pinta todo goyesco, pero no se siente derrotado ni amordazado. "Podemos es un bote de humo que no va a llevarnos a ningún sitio. Son otros que nos han robado la palabra. Que nos la devuelvan. El carnicero de mi pueblo dice que cuando le quiten el dinero a los jubilados caerá todo el país e igual sucede algo. Porque estamos viviendo de rentas", apunta.

El magnético intérprete se despide y regresa con sus alumnos mallorquines para recitar las bellas palabras de El caballero de Olmedo y la poesía de Lope. La finalidad: devolverles a las palabras "amor" y "muerte" su valor sagrado.

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