El burgués que pintó la Barcelona bohemia y anarquista

Maestro de maestros, Ramon Casas (1866-1932) fue un pintor modernista de la alta burguesía catalana con un marcado interés por las clases sociales humildes y la cultura popular. Su mirada social, que no política, también recayó en las fuertes transformaciones que se produjeron en la Barcelona del anarquismo, "aunque no puede afirmarse que fuera un artista políticamente comprometido", aclara Ignasi Domènech, jefe de colecciones de los Museus de Sitges y el comisario de la gran retrospectiva que ayer se inauguró en CaixaForum Palma.

La pintura repartida en las dos plantas del centro cultural pone de manifiesto la enorme modernidad y libertad del catalán, que se formó en París, en concreto en el taller de Carolus-Duran. "Allí aprendió a tener una visión que nadie compartía en la península sobre la pintura española, en concreto sobre la barroca realista de claroscuros, muy valorada en aquellos momentos en Francia", comenta. "Con sólo 17 años, Casas expuso en el Salón de Bellas Artes de París y presentó un autorretrato de sí mismo vestido de torero", desvela el comisario. "Tuvo un gran éxito. Con ello, el artista demostró manejar ya desde la adolescencia muchos recursos del marketing personal", sostiene.

En su segunda etapa en la Ciudad de la Luz, su mayor influencia fue Toulouse-Lautrec. El trazo de éste puede rastrearse por ejemplo en un retrato al carbón que Casas le hizo a Rusiñol, así como también en otra galería de retratos que ilustran a más de 200 personas que él consideraba importantes en la Barcelona del momento. "Los expuso en Quatre Gats y todos los artistas jóvenes que los vieron se quedaron fascinados, entre ellos un recién llegado Picasso", explica Domènech. En la muestra de Ciutat, formada por 88 pinturas y más de 40 fotografías, se ha conseguido mostrar un retrato del artista malagueño influenciado por el estilo de Casas donde puede distinguirse a Rusiñol. Pero el burgúes catalán no sólo influenció a la nueva hornada de pintores, sino que su impronta también se hizo patente en otros más maduros, como Sorolla, tal y como puede verse en la planta baja de CaixaForum.

El segundo ámbito de la exposición, que cuenta con un interesante programa educativo paralelo, se titula acertadamente Poética de la multitud. En él, es posible contemplar una magnífica pintura de la salida de la procesión del Corpus de Santa Maria del Mar de Barcelona. Una masa ingente es retratada. En el cuadro, es posible rastrear la influencia del lenguaje fotográfico tanto en el enfoque como en el encuadre. "El cuadro es de 1896. Por entonces, Barcelona era una olla a presión y la capital del anarquismo. Esta pintura es muy importante porque viene a ser el fotograma anterior a la tragedia que sucedió después: estalló una bomba fruto de un ataque terrorista que mató a 12 personas", narra el comisario. "Esa sociedad en tensión también fue mirada y analizada por Casas", agrega.

La exposición se completa con pinturas que retratan la vida bohemia de París y Barcelona, la cultura popular de los toros o el circo, la mujer moderna y los pocos desnudos que pintó durante su vida. Con este proyecto, el central del Any Ramon Casas celebrado en 2016, se relaciona por primera vez al pintor con su contexto con el fin de medir su importancia en la pintura española y se ofrece una mirada más moderna sobre su trabajo.