Foto: Xisco Alarido

A Fátima de Juan (Palma, 1984) le fascinan la brujas. Pero entendidas de la manera más positiva y urbana posible: las brujas de barrio que esquivan los discursos impuestos o autoimpuestos y se hacen valer por medio de la creatividad. No hay connotación negativa, sino una búsqueda y reconocimiento de figuras reales, cotidianas, reconocibles y en el fondo admirables que desde el día a día de su barrio transforman su magia y se buscan la vida a través de la creatividad. Más crudamente verídico: las brujas, las superheroínas que rompen la rutina y hacen magia para llegar a fin de mes.

No es un barrio concreto el que ha inspirado a la artista, ni hay un homenaje particular. Ella es de Pere Garau, colindante con Son Gotleu, dos de las áreas que mantienen la personalidad de Palma de manera más palpable. En ellas la creatividad y la inspiración te pueden asaltar desde mil esquinas y mil personas por segundo.

El lenguaje artístico de Fátima es reconocible desde el primer instante. Ya ha logrado pues, aun siendo tan joven, el ideal de todo creador. Lleva pintando desde los 17 años, y ha evolucionado hasta unas formas que ve como una fuente infinita: “He llegado al punto que ambicionaba, he podido definir mi estilo como pretendía para, en adelante, investigar dentro de él. Ya no busco, solo evoluciono”. Y siempre con la mujer como referente: “Siempre con las malditas”.

Es consciente de que ha nacido y crecido en un ecosistema, el del grafiti y arte urbano, ocupado mayoritariamente por hombres. “Precisamente por ello veo que a día de hoy lo más interesante es que las mujeres exploraremos ese campo como artistas, y que el público salga a buscar la obra de las chicas”. No le tiembla el pulso a la hora de reconocer que hubo momentos en los que sintió vértigo: “Llega un momento en que dejas de inspirarte para pasar a inspirar. Que una chica de 16 años te diga que te admira… al principio diría que es hasta duro, te desubica”.

No le gustan los roles que se aplican a la mujer en el terreno del arte, por ejemplo en la ilustración: “Casi siempre se da visibilidad a lo más cursi, al estereotipo dócil y correcto. Eso harta, a mí particularmente porque vengo de otra disciplina, tengo otro recorrido y no me reconozco en ello. Vas a un festival de arte urbano y hay quien te relaciona ¡con Jordi Labanda!”. Tiene claros los parámetros que descolocan: “Lo agresivo o ilegal”.

Sobre la actualidad del arte urbano, reconoce la valía de artistas como Soma o Grip Face (el primero acaba de presentar un gran mural con una ballena rosa en el CEIP Es Pont de Son Gotleu, reivindicando un significado positivo ante la polémica por el juego de la ballena azul que ha inducido al suicidio de adolescentes; el segundo presenta el mismo viernes de la exposición de Fátima su libro Black Faces). Ve en ellos el logro del tener su propio sello de identidad. Sobre las figuras femeninas a seguir en cualquier campo de la creatividad señala inmediatamente a la veterana artista multidisciplinar Teresa Matas: “Es sencillamente auténtica”. Sus próximos proyectos son “viajar, pintar e inspirarme para hacer algo nuevo. En Mallorca hay demasiada paz, y eso a veces no es inspirador”.

Fátima de Juan ‘Xena’: Ghetto Witches

Inauguración en Backstore (Línea 6, c/Ample de la mercè 20) el viernes 2 de junio a las 19 h., hasta el 12 de julio.

Para seguir su trabajo: fatimadejuan.com - instagram.com/fatimadejuan