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Comedia literariaen la campiña inglesa

Escena de la película ´Mi hermosa lavandería´, sobre relato de Hanif Kureishi. WORKING TITLE/SAF/CHANNEL FOUR

Narrativa Recuerdo que esa novela me la regaló un amigo londinense a principios de los noventa como un modo de atraer de nuevo mi interés por la ciudad de Samuel Pepys y Dickens, de Turner y Hockney.

Con diálogos chispeantes y buen sentido de la comedia, Kureishi siguió escribiendo novelas y luego empezó a entrar con sus historias en el mundo de la televisión, el cine y el teatro. Su implicación autobiográfica en un momento en que no era habitual le granjeó la simpatía y la lealtad de los lectores. De ahí que su libro de relatos Soñar y cantar volviese a conectar con aquel mundo suburbial de pakistaníes que renegaban de sus orígenes y sin embargo no eran lo suficientemente ingleses, aunque sí londinenses, lo cual es diferente. Un mundo de su infancia y adolescencia que nuestro autor sabía contar con una particular mezcla de gracia y contención, como una fusión de Wodehouse y Hardy.

Ahora nos entrega una novela que tiene mucho de comedia y factura muy teatral. La última palabra adopta un tono paródico muy propio de Kureishi. Un escritor en ciernes, Harry Johnson, es elegido para escribir la biografía de un consagrado hombre de letras de origen indio, Mamoon Azam. Se trata de un hombre de carácter despótico, que llegó a la metrópoli para estudiar y acabó haciendo creer a todo el mundo que era más inglés que los propios nativos. A base de escándalos y algunas obras oportunistas y polémicas, como la que escribió acerca de un puñado de dictadores sanguinarios de las antiguas colonias, se labró una reputación literaria que le reportó dinero y sucesivas esposas. Cuando Harry llega a su casa, vive en una mansión campestre con su última mujer, una italiana, y necesita sanear sus arcas financieras. El objetivo de la biografía es relanzar su figura y que sus libros vuelvan a venderse como antes. Él adora la obra de Azam y considera que sus palabras deben ser salvadas "en un mundo en que la pasión por la ignorancia había alcanzado las dimensiones de una religión". Pero lo que va encontrando es un hombre cínico, débil, aferrado a sus manías, atrapado por sus pasiones y sus mentiras, incapaz ya de escribir. Poco a poco va atravesando las capas de la cebolla biográfica y acercándose al corazón, revelando las personas, sobre todo mujeres, de las que la vieja gloria se valió para triunfar y a las que dejó en algunos casos sin ningún remordimiento.

Al mismo tiempo, Harry va descubriendo la verdadera cara de su editor Rob, personaje curioso, de la mujer de Azam, Liana, de las personas que los sirven en su casa. De este modo, además de la introducción de un personaje muy verosímil, la novia de Harry, Kureishi va hilvanando en el marco de la campiña inglesa una comedia literaria de costumbres con diálogos que quieren ser graciosos y a veces lo son, aunque la mayoría no pasan de querer ser inteligentes. Pero el autor de Mi hermosa lavandería no es Vaugh ni Wilde. Algún momento las parrafadas de sus personajes, en particular las de Azam, resultan artificiales. Sin embargo, la soledad del escritor y su esencial desapego de la sociedad está muy bien reflejados en esta novela. "A un escritor lo adoran los desconocidos y lo odia su familia", una frase que puede suscribir cualquiera que haya publicado un libro de más de cien páginas, lo cual lo convierte, al decir de Borges, en necesaria y dolorosamente autobiográfico. Pues, sí, al final "la novela es contaminación". Una muestra de la complejidad de la vida.

La novela resulta entretenida y tiene en ocasiones altura, incluso cierta profundidad. El autor se ha desvivido para meter un poco de todo en lo que sin duda no será su última palabra: chismorreos, sexo, ingenio, experiencia, humor, gajes del oficio. En cualquier caso, no podemos dejar de pensar en que quizá el personaje de Mamoon Azam está inspirado en el Nobel V. S. Naipaul, sobre el cual también Kureishi tal vez necesitaba saldar alguna que otra cuenta pendiente. La pregunta que flota en la novela es: ¿qué le hizo V. S. a Kureishi? Si bien no hay juicios en esta novela, su personaje nos recuerda en algunos aspectos aquel libro memorable de Paul Theroux, Sir Vidia, un extraordinario ejercicio de introspección acerca de las vanidades y desprecios de este mundo de cangrejos ermitaños que es la literatura.

  • HANIF KUREISHILa última palabra Traducción de Mauricio BachANAGRAMA, 295 P., 19,90 €/E-B., 13,99 €L´última paraula Traducción de Albert TorrescasanaANAGRAMA, 304 P., 19,90 €/E-B., 13,99 €

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