Cuando deduzco aturdido
que tengo un amor ingrato
meto un dígito en la oreja y allí me lo dejo un rato
Y si para mi desgracia
no respondiera a mi grito
les juro por el dios Baco
que allí mismo le vomito
Contenido exclusivo para suscriptores digitales
Cuando deduzco aturdido
que tengo un amor ingrato
meto un dígito en la oreja y allí me lo dejo un rato
Y si para mi desgracia
no respondiera a mi grito
les juro por el dios Baco
que allí mismo le vomito