Dice el Obispado de Mallorca, sin duda conectado con el Altísimo por wifi de altísima velocidad, que en su diócesis no se celebrarán funerales de cuerpo presente porque "la costumbre ha cambiado", sin que al señor obispo —con la honrosa excepción del obispo Salinas, que sí demostró que las costumbres de un obispo podían cambiar— ni a ninguno de sus párrocos y coadjutores se les haya ocurrido aplicar la reflexión en otros ámbitos. Las costumbres han cambiado pero que haya sacerdotas lo dejaremos para otro siglo; aceptar el uso de condones, como no se den prisa, se les va a quedar hasta antiguo; dejar condenar la homosexualidad, a pesar de la condición de más de un diácono, es cosa del futuro; dejar de esconder pederastas... Costumbres.
Oferta Flash
Suscríbete a Diario de Mallorca durante nueve meses por tan solo 9,99 euros
Los puntos sobre las uves