Diario de Mallorca

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Memorias de la cocina

Sabores memorables: licores de frutas de temporada

La destilación de alcoholes no es moderna. En China, 800 años a. de C. ya se obtenían alcoholes procedentes del arroz. En Egipto se hallaron textos que describen como conseguir esencias de plantas y flores. Grecia y Roma conocieron la destilación, pero todo nos lleva a pensar que llegó a nosotros durante la dominación árabe: alquimia, alquitara, alambique o alcohol empiezan todas ellas por al, como otras palabras de origen árabe en catalán de Mallorca, como alambí, albelló, albergínia, alfàbia o topónimos como Albercutx o Alcoraia.

En un principio se destilaban flores, frutas, plantas y hierbas -con frecuencia silvestres- no para obtener licores, sino perfumes, medicinas y cosméticos. Los monasterios estaban especializados en esta labor. Arnau de Vilanova, en el siglo XIII publicó un tratado sobre la destilación: Aqua Vitae. Ramon Llull, siguió experimentando y llegó al Aqua Ardens, que se tomaba como medicina que, macerada con frutas y hierbas disimulaba su sabor. Así nacieron los licores, la mayoría de ellos en abadías.

En nuestra isla, a parte de los reconocidos licores de hierbas y palo, desde hace siglos se preparan destilados y macerados de frutas, normalmente dulces. Muchos se van perdiendo, pero la memoria nos lleva a recuperar licores de temporada como el de granada, membrillo, murtó (licor nacional de Cerdenya), mandarina o el vino de pasas, entre otros.

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