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Desde Inglaterra

To Brexit or not to Brexit

To Brexit or not to Brexit

¿Debería el Reino Unido permanecer como miembro de la Unión Europea o dejar la Unión Europea? Esta es la pregunta que el próximo jueves millones de británicos deberán responder en un referéndum que marcará no solo el destino de su país sino el de todo el continente. El Brexit (expresión derivada de Britain y exit, salida), es decir, que el Reino Unido deje de formar parte de la Unión Europea, es una posibilidad real, y las últimas encuestas, a unas pocas fechas del decisivo Día D, están más que ajustadas.

La sociedad está muy dividida, y a pie de calle se escuchan argumentos tanto a favor como en contra. Lo que está bastante claro es que a los británicos no les entusiasma Bruselas, e incluso entre los partidarios de quedarse (el grupo Britain stronger in Europe, Gran Bretaña más fuerte en Europa), se habla abiertamente de reformar en profundidad la Unión, vista como una entidad gris, burocratizada e ineficiente. Para los partidarios del Brexit, el grupo Vote Leave (Vota salir), Bruselas es al Reino Unido lo que Madrid al nacionalismo catalán más exacerbado, la fuente de todos los males. Voluntarios de uno y otro grupo hacen campaña tomando las calles y repartiendo pasquines y folletos, y los partidos políticos defienden sus posturas, aunque ha de decirse que los europeístas (laboristas, liberales, verdes, parte del partido conservador) no lo hacen con el mismo ímpetu que los euroescépticos (UKIP y parte de los conservadores). Los segundos ven el 23 de junio como un día transcendental, nada más y nada menos que como Independence Day, lo que no deja de ser irónico, ya que así califican los estadounidenses el día que se independizaron precisamente de los británicos.

El Gobierno conservador está dividido: el primer ministro David Cameron y el ministro de economía George Osborne son partidarios de la permanencia, mientras que otros miembros del gabinete defienden sin tapujos el Brexit, liderados por el político más popular (y controvertido) del país, el ex alcalde de Londres, Boris Johnson, que ha comparado a la Unión con el nazismo y que dijo que Obama apoya la permanencia porque odia al Reino Unido al ser hijo de un keniata y por tanto albergar resentimiento contra el Imperio Británico.

Gane o pierda el Brexit, el referéndum ya tiene un ganador, el UKIP. Este partido político, a la derecha de los conservadores (y eso, créanme, es muy a la derecha) puso sobre el tablero el tema de la identidad británica y el de la ¿excesiva? inmigración, forzando a los conservadores a pisar unos terrenos que se han revelado arenas movedizas, en vista de la fractura producida en el partido y en el Gobierno. El de los inmigrantes es un tema controvertido. Los partidarios del Brexit defienden que con la salida el país volverá a controlar sus fronteras, y por tanto podrá controlar quien entre (y quien no), aboliéndose así la libre circulación, un aspecto capital de la UE. Además, está el cliché de que los inmigrantes solo buscan beneficiarse del generoso estado del bienestar británico, cobrando subsidios y ayudas. Bien, en mi caso, llevo pagando impuestos y tasas desde que llegué, no he cobrado jamás ni un pound en ayudas (ni me han devuelto un pound de mis impuestos), y he ido al médico tres veces en tres años (dos para registrarme, en Salisbury y Reading, y otra porque estaba malo). Hasta este momento, creo que he dado más de lo que he recibido. Y como yo, todos en mi círculo de amistades. Habrá inmigrantes que abusen del sistema, pero si lo hacen es porque lo habrán aprendido de los propios británicos.

Como inmigrante estoy evidentemente a favor de que se queden, pero también hay que recordar que el referéndum no es vinculante, y que en caso de que los británicos apostasen por el Brexit, se abriría un período de al menos dos años de negociaciones con Bruselas, y que luego la salida se tramitaría en forma de ley que debería ser aprobada por el Parlamento. Salir de la UE no es tan fácil, ya que además no hay ningún precedente que pudiese servir como ejemplo. Salut i força!

* Desde Reading. Lluís Cuerva, natural de Alaró, es licenciado en Historia. En Reading perfecciona su inglés y trabaja de ´teacher assistent´. A 1.900 kilómetros de Palma.

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