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Medio ambiente

Un mar amenazado (y II)

Este año se han recogido más del doble de residuos marinos que el año pasado - Más meses de limpieza y el buen tiempo, factores clave

La contaminación en los mares causa daños en la flora y fauna. Lluís Amengual

Con la finalización de la temporada turística llega el momento de hacer balance. Y todo se acaba reduciendo a cifras: volumen de facturación del sector servicios, millones de turistas que han venido a Balears o cruceros amarrados en las islas son algunos de los datos que periódicamente se dan a conocer. Como efecto colateral, tanto de la población residente como de la visitante, otro dato, mucho menos atractivo, se dio a conocer la semana pasada: los residuos marinos retirados por el Govern. El servicio, que se inició el pasado día 1 de mayo y terminó el 30 de septiembre ha arrojado cifras tan sorprendentes como preocupantes, especialmente por el incremento espectacular de los residuos flotantes recogidos. De todos los residuos recogidos "las maderas y los plásticos suponen un 48,39 por ciento del total de esta pasada campaña", asegura Sebastià Sansó, director general de Educación Ambiental, Calidad Ambiental y Residuos. Y las toneladas recogidas en estos cinco meses, casi 110 toneladas, una cantidad de residuos jamás recogida en anteriores campañas. Por islas, en Mallorca se han registrado 65.305,54 kilos, en Menorca 14.001,80, en Eivissa 26.036,73 y en Formentera 4.403,85 kilogramos de residuos. Entre las recogidas especiales, destaca en Mallorca un tronco, parte de una ballena o un sillón; una bombona de butano, un atún, un tubo de plástico de 50 kilos en Eivissa; un bidón de aceite, colchones y mantas en Formentera y el salvamento de un perro que había caído en el mar en Menorca así como un palé y dos águilas muertas.

La excepcionalidad en la recogida de residuos de esta temporada se debe a dos motivos fundamentales según el coordinador de limpieza del litoral, Josep Maria Aguiló. "El volumen recogido este año es más del doble que el registrado en 2014 que se elevó a 46.913,38 kilos por varios motivos: el año pasado las embarcaciones sólo pudieron trabajar dos meses y medio mientras que este 2015 han trabajado durante cinco en un verano en el que, además, la bonanza meteorológica y las altas temperaturas han favorecido la entrada de plásticos en las playas y que estos floten más".

En el operativo de limpieza de este año han trabajado 33 embarcaciones: 15 han estado faenando en Mallorca, ocho en Menorca, ocho en Eivissa y dos en Formentera. "De esta forma se puede trabajar en prevenir y actuar frente a posibles episodios de contaminación, vertidos y residuos que se encuentran en el mar", aseguran desde la Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca.

Otra contaminación

Sin embargo, existe otra contaminación que pasa más desapercibida y no se puede recoger mediante estas embarcaciones. La contaminación química es, si cabe, mucho más peligrosa al afectar al ecosistema y causar daños irreparables a la fauna y flora marinas. Su causa es antrópica y tiene su origen en vertidos incontrolados que llegan al mar directamente o por los acuíferos costeros.

Entre los residuos químicos más perniciosos se encuentran los organoclorados presentes en algunos acuíferos contaminados. La descontaminación de esta agua es muy costosa y en la mayoría de casos no se aborda por falta de recursos. Por ello, se están buscando alternativas que faciliten y economicen su restauración. Y una de ellas es la acción bacteriana.

Recientemente investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona han identificado en el río Besòs una bacteria del género Dehalogenimonas que tiene capacidad para transformar ciertos compuestos contaminantes organoclorados tóxicos en otros inocuos. Los expertos han conseguido caracterizar y cultivar esta bacteria por primera vez en Europa, que abre sus puertas a su producción y aplicación en acuíferos contaminados.

Este género bacteriano se describió hace relativamente poco -en 2009- y hasta ahora sólo se han conseguido aislar dos cepas en acuíferos contaminados con cloroalcanos en Luisiana (Estados Unidos). Aunque se han identificado secuencias de su genoma en diferentes localizaciones geográficas como el Océano Ártico, Mar Báltico, Canadá, China, Alemania, Hungría, España, Taiwán o Estados Unidos, esta es la primera vez que se ha descrito la caracterización y el cultivo de una Dehalogenimonas en Europa.

"Se trata de una bacteria que sólo puede utilizar compuestos organoclorados como fuente de energía durante su proceso de respiración, transformándolos en productos menos clorados, más biodegradables y, en algunos casos, inocuos", explican desde la UAB. A partir de los sedimentos del río Besòs y después de tres años de investigación, los investigadores han obtenido un cultivo bacteriano estable y han demostrado su capacidad para transformar algunos de los hidrocarburos alifáticos clorados que se encuentran de forma frecuente a los acuíferos, tales como el 1,2-dicloroetano y el 1,2-dicloropropano, en productos inocuos como el eteno y el propeno, respectivamente.

Los investigadores también han utilizado una técnica analítica para determinar el fraccionamiento de los isótopos estables de uno de estos contaminantes, que permite demostrar in situ que las bacterias contribuyen a la desaparición de los contaminantes estudiados, distinguiéndola así de aquella provocada por procesos fisicoquímicos de origen natural - dilución del contaminante debido a lluvias o adsorción a la materia orgánica-.

La obtención del consorcio bacteriano abre las puertas a su producción y posterior aplicación en acuíferos contaminados, mediante la estrategia de bioaumentación, que consiste en la adición de bacterias con capacidades catabólicas específicas para eliminar estos contaminantes. Aunque esta tecnología no ha sido utilizada en España, se considera una técnica madura con cientos de casos de éxito en Estados Unidos y Canadá.

"Poder cultivar estas bacterias en Europa permite abaratar significativamente los costes para su aplicación, ya que las empresas que los comercializan se encuentran mayoritariamente en América del Norte. Esto, sumado al hecho de que esta bacteria crece de forma óptima en las condiciones anóxicas de los acuíferos y que la bioaumentación es una tecnología económica, eficiente y compatible con otros tratamientos de remediación podría favorecer incluso su aplicación en origen, en las propias plantas industriales", explica Ernest Marco, coordinador de la investigación.

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