Diario de Mallorca

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Desde Grecia

Baroùfa

Baroùfa

Así como suena, con B de Bruselas, aunque fonéticamente, resulte barùfa y que podríamos traducir como "tontería", y barùfes, como el que hace o dice tonterías. Ya pueden imaginar por dónde van los tiros, de barùfes a Varoufakis solo hay un paso, y ese es el mote, "Barùfakis" que le han puesto, aquí, en Grecia, al hiperactivo ministro de Finanzas. Un alias entre cariñoso y despectivo, según de quien venga el piropo. Aunque lo más curioso es el origen del término, que no se queda en una simple "tontería". Probablemente provenga de la lingua franca, de la jerga hablada por los marinos/navegantes, que se extendió por los puertos del Mediterráneo desde el Medioevo. En Marsella, aparece en un diccionario en el XIX, donde, hacer baroufla, era querellarse, buscar la pelea, y que podría derivar del barouf argelino. Sin embargo, etimológicamente, todo apunta, si nos atenemos al baruffo italiano, que ya encontramos en textos del siglo XV, con el significado de proceso confuso (también querella, confusión, choque) y que tendría su origen en el longobardo bi-hrôff. Pero mejor no profundizar en el tema, porque con esta raíz de connotaciones germánicas, la culpa del mote recaería en Merkel y el horno no está para bollos.

Y todo viene a cuenta del pulso que está echando el citado Varoufakis con sus colegas europeos, enervando a la extroika, tanto por su pose un tanto chulesca, más propio de una rock star, o de su look a la Bruce Willis, y de su cerrajón en banda a tragar con nuevas reformas (que en realidad son nuevos recortes) para reconducir la deuda griega, y renegociar el plan de rescate. El pasado lunes, en la reunión de ministros de Economía de la zona euro, el affaire griego se despachó en menos de una hora, y ello sirve para indicar lo lejos que se está de llegar a un acuerdo que resulte aceptable para todos. El único signo positivo ha sido el mensaje enviado por el presidente del Eurogrupo, el inefable, e impronunciable, Dijssbloem, al BCE para que, de momento no corte el grifo a los bancos griegos, a la vez que lanzaba un aviso a los navegantes de que no habrá más dinero si no hay reformas, tajante.

Mientras, la situación en Grecia se sigue deteriorando, los ingresos públicos a la baja y la huida de depósitos que no cesa. Tsipras acaba de cumplir cien días al frente del gobierno sin poder cumplir la mayor parte de sus promesas electorales, siempre entre la espada y la pared. Últimamente se especulaba con que Varoufakis había caído en desgracia y que iba a abandonar el primer plano en las tensas negociaciones entre Atenas y el Eurogrupo, BCE y FMI. Pero los griegos tienen muy claro que es una maniobra de intox, Tsipras hace de poli bueno, para contentar a los europeos, mientras, que en el ministerio de Finanzas, el poli malo, sigue enrocado. Y en juego están un nuevo recorte de pensiones y una reforma laboral (innegociables para Syriza), un nuevo aumento del IVA (nadie sabe en qué dirección/sector) y abandonar la idea de fijar un salario mínimo decente. La situación es crítica porque en Junio finaliza el plazo de cuatro meses de prorroga fijados para la negociación. En esas estamos, aquí, se ha pasado de la ilusión al desencanto, pero no tanto por las promesas incumplidas por Syriza (el descontento es mas de orden interno, político y proviene de los sectores más radicales del grupo) sino por la intransigencia europea. El discurso de Tsipras se ha moderado, y el pueblo le sigue apoyando, pero no están para más sacrificios, la austeridad tiene un límite, el de la dignidad, y los griegos se sienten ninguneados, humillados. Ahora, como cuando se inició la operación rescate en 2012, se baraja de nuevo con la posibilidad de salir del euro. Se habla de la convocatoria de un referéndum para tratar la cuestión o incluso de nuevas elecciones, y la pregunta es ¿Cuando? Si no hay dinero ni para llegar a fin de mes.

Y a la vez, si hace apenas tres años Europa cerró filas para salvar al eslabón más débil, ¿tanto han cambiado las cosas como para que ahora podamos prescindir de Grecia? Los voceras de siempre, Goldman Sachs, Moody´s ya andan advirtiendo de los efectos nefastos de una eventual salida que afectaría evidentemente a España, Italia y cía. En un mes sabremos algo más.

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