Ridruejo es el linaje óptimo para la refundación del centro, porque conjuga el centrismo franquista dionisiaco con el centrismo aznarista edición original de la sobrina Mónica. En la otra esquina, Santiago Cervera simboliza el centrismo navarrista, tan cotizado en la frontera. En la crasa crisis, el centro va a estar muy ocupado. El marianismo se casa, en Mallorca como todos, al borde de la levitación con Pitita y la nueva emperatriz Soraya. Rajoy sacramentaliza un partido donde perder unas elecciones ya no será un aria de La forza del destino, sino sólo pura mala suerte.