El Kia Niro es la primera gran apuesta de la firma coreana por los modelos híbridos, ya que no es un modelo de la gama adaptado a este sistema de propulsión sino un modelo creado desde cero para ser híbrido. Y tras probarlo a fondo podemos asegurar que sin duda han ganado la apuesta.

Se trataba de una jugada arriesgada por dos motivos: primero porque era la primera incursión de Kia en este segmento, y segundo porque lo hacía además con un cambio automático de doble embrague en vez de un de variador continuo como lo hacían hasta ahora el resto de híbridos.

El Niro monta un conjunto propulsor formado por un motor de combustión de gasolina de 1.6 litros y otro puramente eléctrico que en conjunto desarrollan 140 CV. El par motor de 265 Nm se transmite al eje delantero a través del ya citado cambio de doble embrague de seis relaciones, que imprime a este híbrido una personalidad única. El apoyo eléctrico normalmente llega una vez el coche ya ha iniciado la marcha, y no para arrancar desde cero como sucede en la práctica totalidad de los híbridos. Si se acelera muy despacio sí se puede comenzar a rodar sólo con el motor eléctrico, pero a ritmos normales de ciudad esto casi nunca sucede. En cambio, la propulsión eléctrica toma un mayor protagonismo a ritmos medios y altos, hasta el punto de poder rodar a unos 100 km/h en modo 100% eléctrico. Lo que importa es que a la postre se goza de igual eficiencia que en cualquier otro híbrido, ya que los consumos son realmente ajustado para tratarse de un todocamino, con unas cifras en torno a los 5 litros a los 100 kilómetros recorridos.

Esta media la logramos sin obsesionarnos con el consumo. De este modo pudimos analizar el comportamiento real del coche. La aceleración es más que correcta, y sobre todo más que suficiente, para mover con agilidad los 1.500 kilos de peso del vehículo. Y por lo que respecta al dinamismo, sorprende la capacidad de agarre y aplomo que ofrece tratándose de un todocamino, y más si se tiene en cuenta lo confortable que es su suspensión, de tarado más bien blando. Si unimos estas condiciones con las buenas prestaciones que ofrece el motor híbrido a altas velocidades, tenemos un perfecto aliado para emprender largos trayectos por carretera, algo de lo que pueden presumir pocos híbridos de su categoría.

Además, la forma en que se comporta su motor le imprime una mayor ´normalidad´ al Niro, ya que se asemeja mucho a la que ofrece cualquier coche con motor de combustión. Y este es precisamente uno de los grandes objetivos de la marca coreana. No querían un coche que comprometiese su aspecto y prestaciones a su condición de híbrido. Y a la vista está que lo han logrado. Contrario a muchos modelos semejantes, el Niro ofrece un aspecto atractivo y totalmente convencional, sin los sacrificios aerodinámicos que cuestionan el diseño de otros rivales.

Pero este logrado convencionalismo también se traslada al interior, donde se goza de una notable amplitud pese al espacio que ocupan las baterías del motor eléctrico. Tanto las plazas delanteras como traseras son generosas y confortables y el maletero brinda unos notables 401 litros de capacidad.

Finalmente cabe destacar la excelente relación calida/precio/equipamiento que ofrece el Niro, disponible desde algo menos de 20.000 euros, mientras que por algo más de 24.000 euros accedes al tope de gama Emotion.

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