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Krav magá

Defender y respetar

El krav magá es el único arte marcial que solo sirve para defenderse y nunca para atacar - El respeto hacia los demás lo convierte en algo más que un deporte: es una filosofía de vida

El krav magá es una de esas artes marciales de las que mucho se ha oído hablar pero de las que poco se conoce en realidad. Este arte marcial defensivo, el única que hay en el que el ataque no existe, nació en Israel de la mano de un curioso personaje: Imi Lichtenfeld. Este atleta de origen húngaro fue campeón europeo de boxeo en la categoría de peso pesado, campeón europeo de lucha grecorromana, gimnasta de éxito, trapecista circense, maestro en diferentes artes marciales y además fue el propietario de una de las escuelas de vals más importantes de europa.

Siendo judío, a finales de la II Guerra Mundial se traslada a Israel y allí crea un arte marcial que sirviera a los judíos como método de defensa. Con esa idea en mente, dicho estilo de lucha debía tener dos premisas claras: cualquier persona debía poder practicarlo -desde una mujer a un niño- y debía ser solo para defenderse, nunca para atacar.

El éxito en Israel de este nuevo método de defensa personal le lleva a entrenar al ejército de ese país, y en 1966, tras jubilarse del cuerpo militar, inicia su carrera como profesor de lo que hoy se conoce como krav magá, acercando este arte marcial a alumnos de todo el mundo.

Pero si por algo destaca el krav magá sobre el resto de artes marciales, además de su clara vocación defensiva, es por el hecho de que enseña a cómo reaccionar ante situaciones de peligro cotidianas. Es así como, por ejemplo, un joven, una adolescente o una ama de casa pueden aprender a enfrentarse a un agresor con un cuchillo, a un atracador o incluso a un agresor sexual equipado con un arma de fuego.

En 1977 Imi Lichtenfeld crea junto a su amigo y discípulo Yaron Lichtenstein la escuela Bukan cuyo único objetivo era mantener el camino original creado por Imi Lichtenfeld.

Pero, ¿qué hace tan especial al krav magá? Esta disciplina de lucha se centra en la defensa frente a un agresor armado en la calle, y es por ello que no hay segundas oportunidades. Los golpes propinados por un experto en krav magá son rápidos, certeros y letales. Ante un agresor con un cuchillo o una pistola solo hay una posibilidad de sorprender al contrincante, y es por ello que el golpe no debe dar opción al oponente a que se levante.

Una parte fundamental del entrenamiento del krav magá es en el entorno en el que será necesario: la calle. Es por ello que parte de los entrenamiento se hacen en escenarios reales. El parque de la Riera y ciertas calles de la zona de Sometimes son algunos de los lugares elegidos por la escuela Bukan de Palma para instruir a sus alumnos en el arte del krav magá. Y lo hacen en plena calle, donde llegado el momento, será necesario emplear lo aprendido.

Ataviados con un curioso uniforme marrón y con chalecos de alta visibilidad, los alumnos del Instituto Balear de krav magá se forman tanto en el tatami como en las calles de Palma. Bancos, farolas e incluso coches aparcados son parte de un entrenamiento en el que lo más importante es tumbar al rival y salir indemne de una situación peligrosa. Cuchillos y pistolas de juguete componen el imprescindible atrezzo con el que se practican diferentes y eficaces maniobras defensivas.

El Instituto Balear de krav magá, situado en la calle Marian Aguiló, es el único centro oficial de nuestras islas que sigue las enseñanzas originales de un arte marcial en el que lo importante es poder seguir adelante con tu vida, aunque esta te ponga a un agresor armado delante.

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