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Paseo de Ronda

Las páginas de los libros son alas

Antonio Resines y Cayetana Guillén Cuervo, en ´La marrana´.

No lo digo yo, lo dice Sergey Makhotini en su mensaje del Día del Libro Infantil y Juvenil, que celebramos cada 2 de abril (este domingo), coincidiendo con el cumpleaños de Hans Christian Andersen. Sí, la esperanza es "esa cosa con plumas", como escribió Emily Dickinson, pero hay mucho más con alas y con plumas, en el cielo y en la tierra. Por si acaso, regálenles un libro a los pequeños de la casa.

El miércoles 22, nada más empezar la primavera, nos reunimos casi un centenar de personas en el Teatre Municipal Catalina Valls (Passeig Mallorca, 9, Palma), para asistir a una película en blanco y negro, de 1953 y en versión original: Vacaciones en Roma (Roman Holiday), de William Wyler, con unos maravillosos Audrey Hepburn y Gregory Peck. Entre ellas, el director general del Govern Xavier Ramis, el escritor Jordi Bayona, la gestora cultural Tina Codina... Luego no me cuenten que aquí no hay cinéfilos. El ciclo, 4 mirades sobre la Ciutat, continúa el próximo 5 de abril con Midnight in Paris (Ciutat, cultura i patrimoni), en ese mismo escenario, a las ocho de la tarde y con carácter gratuito.

El otro ciclo del que vengo hablándoles en esta columna, De Ferran el Catòlic a Martí Luter: el pas de l´Edat Mitjana a l´Edat Moderna, en el Arxiu del Regne de Mallorca (Ramon Llull, 3, Palma), proyecta este lunes 3 La marrana (1992), de José Luis Cuerda. Una visión alternativa del llamado Descubrimiento de América, desde el punto de vista del pueblo llano. Reparto de campanillas que incluye a Alfredo Landa, Antonio Resines, Manuel Alexandre, Fernando Rey, Cayetana Guillén Cuervo, Agustín González, El Gran Wyoming y un largo etcétera. A las 19 horas, también con entrada libre.

"Lo que sé de moral y de obligaciones se lo debo al fútbol". Albert Camus. Al parecer, no a todos les produce el mismo efecto. Regálenles un balón, si se empeñan. Pero también un libro. Ya ven que no es incompatible, pueden salirles Premio Nobel, que tampoco está mal.

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