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Y tú, ¿cuánto reduces? (III)

El sector de reciclaje de acero es uno de los pilares del reciclaje en España y sector clave de la reducción de las emisiones de CO2

El sector del reciclado de acero es un ejemplo de economía circular Unesid

A día de hoy el 75 % de acero fabricado en España se hace a partir de chatarra lo que supone un considerable ahorro de recursos naturales y de energía consumida a la hora de producir el nuevo acero. Y eso es mucho. Mucho en porcentaje, mucho en toneladas, más que el resto de residuos juntos. Un hecho que se ve facilitado porque actualmente el 97 % de los subproductos de la industria siderúrgica pueden reciclarse. “La diferencia entre utilizar un tipo de material u otro se evidencia en estudios de análisis de ciclo de vida que determinan que para construir, por ejemplo, una casa de madera, tendríamos que consumir 40 árboles, mientras que para hacer la estructura de una vivienda de acero de 180 metros cuadrados nos bastaría utilizar el acero recuperado de cuatro coches”, explica Andrés Barceló, director general de UNESID, la asociación que aglutina a casi 50 empresas relacionadas con el sector del reciclaje.

En su Memoria de sostenibilidad de la industria siderúrgica Española 2016, con datos cerrados del pasado ejercicio, UNESID da a conocer los indicadores económicos, sociales y ambientales del sector. “Analizar la sostenibilidad de un sector es analizar la de los productos que pone en el mercado. Cuando adquirimos un producto importado, importamos también su impacto económico, social y ambiental. En el momento actual, las empresas chinas están inundando los mercados europeos con materiales a precios de derribo, lo que pone en riesgo miles de puestos de trabajo de la industria europea. La situación genera un efecto perverso: importamos CO2 de China y les exportamos empleo, eso sin citar el impacto ambiental en sus lugares de producción o las condiciones laborales que en cierta forma favorecemos. Si la UE concede a China el estatus de economía de mercado, será imposible aplicar los instrumentos de defensa comercial contra sus importaciones desleales”, asegura Barceló.

El acero se puede reciclar infinitas veces. UNESID

La publicación de UNESID se articula, además, como una herramienta de autodiagnóstico que permite evaluar el comportamiento y evolución del sector y establecer objetivos y metas para futuros ejercicios. Así, el contenido se estructura en los tres pilares fundamentales de la sostenibilidad. En el económico, analiza la capacidad para contribuir al desarrollo de la economía y al crecimiento a todos los niveles; en el social traslada los principios básicos sectoriales de preocupación por los trabajadores, sus condiciones de trabajo y su seguridad y por el resto de sus grupos de interés, proveedores, clientes, comunidades locales en las que está presente, y la sociedad en general. Y el ambiental manifiesta su empeño en lograr la mayor compatibilidad entre la actividad social de las empresas y la preservación de la biodiversidad y los ecosistemas, siendo sin duda un tercer pilar necesario para que los otros dos sean estables.

Indicadores económicos

En 2015, la industria siderúrgica española invirtió 301 millones de euros en nuevos procesos y productos más innovadores y más sostenibles.El valor económico generado y distribuido por el sector se ha calculado basado en la metodología GRI (Global Reporting Initiative) e incluye costes de explotación, retribución a empleados, donaciones y otras inversiones en la comunidad, beneficios no distribuidos y pagos a proveedores de capital e impuestos. En total, en 2015 esta cifra ascendió a 11.187 millones de euros. Otro dato importante es el que hace referencia al número de personas que trabajan en esta industria. El sector emplea a unas 60.000 personas y distribuye unas retribuciones salariales por importe de 1.460 millones de euros.

Indicadores sociales

En el terreno socioeconómico, los indicadores sociales evidencian que las empresas siderúrgicas están fuertemente arraigadas en el territorio, muy vinculadas a las localidades en las que se implantan. Los núcleos urbanos próximos a instalaciones de la industria siderúrgica ven crecer su actividad económica y su tejido industrial y ello atrae y mantiene la población. “Lo que afecte a la industria, afecta a la localidad en la que desarrolla su actividad. Por ello es fundamental defender a la industria siderúrgica local frente a las importaciones de países que, como China, inundan los mercados europeos con materiales a precios de derribo que han sido fabricados con normas ambientales que nada tienen que ver con las nuestras”, recuerda Barceló.

Las exportaciones de China preocupan al sector . UNESID

A día de hoy, el 82 % del acero producido en España se fabrica en empresas que editan memorias de responsabilidad social empresarial (RSE). Pero además, el 60 % de las empresas del sector ha firmado el Pacto Mundial de Naciones Unidas, cuyo fin es promover el diálogo social que permita conciliar los intereses de las empresas con los valores y demandas de la sociedad civil. El 40 % de la producción siderúrgica española dispone del distintivo de responsabilidad social empresarial, Sostenibilidad Siderúrgica.

La Memoria de sostenibilidad de la industria siderúrgica Española 2016 presenta, además, ejemplos sobre acciones solidarias que llevan a cabo empresas siderúrgicas en su entorno más directo. Se incluyen ejemplos que van desde recuperación de espacios degradados, apoyo a organizaciones que promueven la integración social hasta el fomento de actividades culturales y deportivas, etc.

“De los datos cabe destacar la disminución del índice de frecuencia de accidentes, de 17 en 2013 a 12 en 2015, menos de la mitad del conjunto de la industria española. Así como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y de la intensidad energética, fruto de las importantes inversiones realizadas en la eficiencia energética. Como ejemplo, en 2013 necesitábamos unos 25 minutos de funcionamiento de una torre eólica de dos MW para producir una tonelada de acero, ahora se está logrando que se realice en unos 20 minutos”, añaden desde la asociación.

El caso de ArcelorMittal

Caso aparte es el de ArcelorMittal, que solo en España produjo 7,2 millones de toneladas de acero en 2015, casi la mitad de la producción total nacional. El grupo en España dispone de 12 plantas industriales, a la que hay que sumar los 17 centros de la red comercial, distribuidos por el mercado nacional. “En línea con nuestra política de minimizar el uso de recursos naturales, en 2015 las plantas españolas valorizaron el 85 % de los residuos generados, siendo el 65 % para uso externo y el 20 % reciclado internamente, datos que ponen de manifiesto una sustancial mejora respecto a 2014.

En cuanto a la gestión del agua, hemos sido capaces de disminuir tanto la captación de agua bruta, reduciendo nuestras necesidades en 0,3 m3/tonelada, como el consumo realizado en el proceso”, explica Gonzalo Urquijo, presidente de ArcelorMittal España. Asimismo, y de acuerdo a la multinacional, su huella de carbono en 2015 se mantuvo en línea con las emisiones del año anterior, consolidando de este modo la reducción apuntada en 2014 del 5 % con respecto a los niveles de 2013. “En 2015 nuestras plantas reciclaron 3,4 millones de toneladas de chatarra, evitando la emisión de 4,5 millones de toneladas de CO2. Cada tonelada de chatarra reciclada evita la emisión de 1,3 toneladas de CO2, supone una reducción del 85 % en el consumo de agua y un ahorro del 80 % en el consumo de energía”, añade Urquijo.

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