La mujer de José R.P. y dos amigos suyos confirmaron ayer la coartada que ofreció el hombre en su declaración para desvincularse de los hechos. Según explicaron los testigos, estuvieron con él el día del asesinato, el 1 de septiembre, y la tarde en que se produjeron los hechos José R.P. se había quedado en casa con su hija.

La mujer del procesado y sus dos amigos, residentes en Barcelona y que habían ido a pasar unos días a Eivissa, contaron que esa mañana estuvieron en un mercadillo y que regresaron a casa hacia las cuatro de la tarde, donde se encontraron con el sospechoso. A las cinco y media de la tarde la mujer se fue a trabajar y ya por la noche los cuatro volvieron a reunirse para cenar con normalidad. Su hermano aseguró que por la mañana estuvo trabajando con él.