Cuatro funcionarios de la prisión de Palma permanecían detenidos ayer en los calabozos de la Jefatura de Policía acusados de amenazas y presunta corrupción. Fueron arrestados durante la jornada de ayer y se espera que hoy sean interrogados por los delitos que les imputan. Esta actuación policial está relacionada directamente con el envío hace algunas semanas de un paquete, dirigido al director de la cárcel de Palma, que contenía el corazón de un animal, parece ser que de un cerdo. Este envío fue interpretado como una amenaza directa hacia el director del centro penitenciario, que puso el caso en manos de la Policía.

Esta amenaza podría estar relacionada con una investigación interna que se realizaba en la prisión y que afectaría directamente a los cuatro funcionarios ayer detenidos. Parece ser, según señalaron fuentes próximas al caso, que los trabajadores de la cárcel se aprovechaban de su cargo laboral para beneficiar a determinados presos. Se cree que entraban teléfonos móviles en el interior del recinto y permitían que algunos presos pudieran mantener conversaciones con el exterior. Entre los presos beneficiados por estos funcionarios se encuentran algunos conocidos traficantes de droga que están cumpliendo condena en la cárcel, por lo que tampoco se descarta que a los funcionarios también se les relacionara con alguna determinada operación de tráfico de drogas organizada directamente desde los propios muros de la cárcel de Palma. Otro de los presos que habría obtenido este trato de favor sería uno de los principales implicados en la "Operación Relámpago", en prisión por el caso de las dobles ventas de solares en Cala Llamp. Esta investigación se ha realizado en coordinación con la fiscalía Anticorrupción de Balears, que ordenó a la Policía que averiguara quién habría enviado el paquete con el corazón animal al director de la prisión.

Los cuatro detenidos están afiliados a un conocido sindicato, por lo que en su círculo más cercano mantienen que se trata de una venganza relacionada con su actividad sindical. Sin embargo, fuentes policiales descartaron ayer cualquier tipo de vínculo entre la actividad sindical y los delitos que se estarían investigando.

El caso se abrió hace unos dos meses coincidiendo precisamente con el envío de esta amenaza de muerte al director de la cárcel. Hace tiempo que el máximo responsable de la prisión mantiene claras diferencias con un determinado grupo de funcionarios, por lo que inmediatamente se convirtieron en los principales sospechosos del envío de este paquete con un corazón de animal, que fue interpretado como una clara amenaza de muerte hacia el director. La Policía ha ido informando puntualmente a la fiscalía Anticorrupción de las averiguaciones sobre este caso.