A modo de prólogo del próximo verano, la bodega José Luis Ferrer (Binissalem), de la familia Roses Ferrer, acogió más de quinientos invitados para presentar las últimas añadas de sus vinos más representativos, con una cuarta generación responsabilizándose de la empresa. Así, se pudieron probar junto a las viñas, que se recorrieron en el tren enológico, el tinto y el blanco de la línea Dues, de Vi de la Terra de Mallorca y los Véritas Blanc, Vinyas Vellas Negre, Reserva Especial, Dolç y Brut, estos cinco de la DO Binissalem, además de varios rosados. También se sirvieron los vinos tinto, rosado y blanco Es Pujol de María, de la Bodega Galmés Ferrer (Petra), elaborados por Arnau Galmés, enólogo de José L. Ferrer. En el edifico inaugurado hace un año, reservado a los Véritas, se pudieron catar una serie de añadas del tinto, y varios experimentales. No faltó la música, a cargo del grupo Monkeydoo Swing Brother Swing. Acompañaron a los vinos exquisiteces mallorquinas y queso menorquín bien madurado.