Los tatuajes inscritos en su cuerpo son la única lectura de un futbolista. La prensa británica amplía los textos para descubrir sus faltas de ortografía, nacido el mes ´XIV´. En serio, la esencia del tatuaje no es la decoración corporal. Tampoco la rebeldía, ni el exhibicionismo, aún menos la prueba de eterno amor. La traducción de la bella palabra polinesia ´tatáu´ persigue la distorsión del cuerpo, una autoagresión por fuerza irreversible. Me dijo la tatuadora, "nunca me olvidan, soy la mujer que más daño les ha hecho".
Directo
Comisión del Caso Koldo en el Parlament de les Illes Balears