­Cuarta edición de la segunda etapa del Premio Formentor de las Letras y más invitados que nunca. Por lo menos, un centenar más que el año pasado. Cerca de 300 personas atendieron anoche, pasadas las 19.30 horas, a la lectura del acta del jurado, que corrió a cargo del director de la Fundación Santillana Basilio Baltasar. "Hemos subrayado la elegancia literaria con que Vila-Matas ha renovado los horizontes de la novela".

El también escritor subrayó que en esta ocasión se ha premiado a un autor que "ha desmentido con su obra la supuesta decadencia de un género que sigue mostrándose como el más eficaz relato de la conciencia contemporánea". A sus palabras, atendió el resto de miembros del jurado, Cristina Fernández Cubas, Eduardo Lago, Aurelio Major e Ignacio Vidal-Folch, todos congregados en el Hotel Formentor.

Tras el parlamento de Baltasar, seguido por el del propio Vila-Matas, Marta Buadas, con Simón Pedro Barceló a su derecha, hizo entrega del premio al autor de Dublinesca, aplaudido por muchos escritores, todos ellos en el auditorio instalado en el jardín, en el perfecto mirador de Formentor. Por ejemplo, pudo verse a los colaboradores de este diario José Carlos Llop y José Vidal Valicourt, a la académica Carme Riera, acompañada por su marido Francesc Llinàs, a Féliz de Azúa, a Enrique Juncosa, a Carlos L. Nogueira, Melcior Comes, Emili Manzano y Fernando Schwartz, que acudió acompañado por su esposa Sandra Marone.

Con el horizonte y la amenaza de lluvia en las pupilas, el escritor barcelonés recién premiado habló de su desconfianza hacia la posibilidad de que se pueda todavía relatar algo, de la continuidad natural entre lo real y lo ficticio, de su trabajo desde el ´no´, de Montaigne, Musil, Kafka, Rilke, Rimbaud... Mientras pronunciaba estas palabras, muchos quisieron captar ese momento con sus móviles. Fue el caso de Jorge Campos del Círculo Balear o de la escritora Lluvia Beltrán.

En el cóctel servido posteriormente -el día anterior ya había tenido lugar otra cena con los patrocinadores del galardón-, se completa la nómina de invitados que también atendieron durante los discursos. Entre ellos, hay que nombrar al exalcalde de Palma y articulista de este rotativo Ramón Aguiló, al exconseller de Cultura Francesc Fiol, al rector de la UIB Llorenç Huguet, al galerista Juan Antonio Horrach Moyà, que estuvo departiendo con Marieta Salas, a la artista Susy Gómez, al presidente de Amics del Patrimoni Joan Guaita, a las comisarias Neus Cortés y Mercedes Vilardell, a la directora de Es Baluard Nekane Aramburu, al presidente del Gremi de Llibreters Antoni Sureda, a la directora de CaixaFòrum Palma Margarita Pérez-Villegas o a William Graves, entre otros.

Del mundo empresarial, la representación fue abundante. La lista: la presidenta de la CAEB Carmen Planas, Leopoldo Rodés, Alfonso Cortina y Míriam Lapique, María Rosa Regí y Fernando Rotger, Gabriel Sampol, Vicente Rotger o Marcos Ferragut.

En el apartado político, cabe levantar acta de la presencia de la directora general de Ordenación, Innovación y Formación Profesional Isabel Cerdà, único representante del Govern, y de la diputada del PP Ana María Aguiló.