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75 aniversario de la emblemática fotografia Bennàssar

Tres generaciones de fotos

La familia Bennàssar ha contribuido a plasmar, a través de sus instantáneas, la historia y la evolución del municipio de Felanitx durante décadas

Hace 75 años que las puertas de Can Ros se abrieron por primera vez al público. Y aún siguen. Fotografies Bennàssar (así es como se llama actualmente la tienda), ha pasado por las manos de tres generaciones de fotógrafos que, cada uno con su estilo, han hecho del negocio un modo de vida. Pero más allá del establecimiento, esta familia ha contribuido a retratar la historia de Felanitx con cada una de sus instantáneas, cada cambio político y económico, así como la evolución de sus costumbres.

Fue en el mes de marzo de 1942 cuando Mateu Bennàssar Sansó y Aina Roig Rosselló, su esposa, decidieron abrir el negocio. Primero comenzó como una droguería y ferretería. Pero el interés de Mateu por el revelado de fotografías hizo que, en poco tiempo, el negocio tuviera un pequeño rincón dedicado a las fotos. Y con los años fue creciendo. Y aún más cuando llegó a la tienda su hijo Biel Bennàsar.

"A mí no me gustaba estudiar y mi padre, para tenerme entretenido, me compró una cámara para que hiciera cuatro fotos. Y me gustó", comienza a contar Biel. "Comencé con una cámara que era una Besamàtic de 35 milímetros con un flash Metz, con la que ya podía hacer ampliaciones de todos los rincones de la región a gran formato en blanco y negro", explica el felanitxer. Los reportajes sociales, de boda, comuniones y fotos de estudio fueron sus primeros trabajos. Después, se dio cuenta que con la cámara podía reflejar el paso del tiempo de su pueblo... y así lo hizo.

Más que un negocio familiar

Con una trayectoria de más de 40 años, Biel Bennàssar guarda todas sus fotografías como oro en paño. Su ojo fue uno de los primeros en captar el baile de los Cavallets, las fiestas de Sant Agustí, la peña El Cosso, la primera platja del pla, la Semana Santa y la Navidad. También el faro de Portocolom, la fuente de Santa Margalida, el Raval, los equipos de gobierno que han ido pasado por el municipio, Sant Salvador, la construcción de nuevas viviendas... En definitiva, el cambio de vida de una sociedad que "ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos".

Biel Bennàssar recuerda que este negocio fue el primer comercio en ser una franquicia cuando, en aquella época, aquello era una palabra desconocida. Comenzó llamándose Can Ros, después Foto Benci, continúo como franquiciada de Radio Borne, cuyo nombre todavía mucha gente del pueblo utiliza para referirse al comercio o de malnom a la familia, y finalmente Fotografia Bennàssar.

Además, Biel Bennàssar cuenta cómo su tienda fue el primer negocio que puso un árbol de Navidad junto al mostrador. En aquella época fue un escándalo.

Además de contribuir a cuidar y retratar la historia de Felanitx con sus fotografías, Biel Bennàssar ha sido un fotógrafo reconocido a nivel mundial. En 1992, con la imagen del techo del pabellón de Balears en la Expo, le concedieron el Record Guinness a la fotografía más grande del mundo hecha hasta el momento bajo el título El cielo de Baleares. También colaboró con el pintor Matti Klarwein en una exposición que se presentó en Madrid y se incluyen dos fotografías suyas en la colección del Museu de Mallorca.

Una nueva generación

La ilusión, las ganas y el buen ojo han pasado a otra generación, a Mateu Bennàssar, hijo de Biel Bennàssar y nieto de Mateu. Con gran responsabilidad, el joven felanitxer mantiene el relevo del negocio familiar. Una tienda que ha evolucionado de la mano de la sociedad y que ha ido cambiando acorde a los cambios de la historia. Si bien comenzó vendiendo botes de pintura, lámparas, jabón... y ahora es una tienda de fotografía con algunos objetos de regalo. "Y si fuera por mí solo sería de fotografía", comenta Mateu.

Mateu Bennàssar comenzó su andadura muy joven. Con tan solo cuatro años su padre presentó una fotografía suya de las Beneïdes y ganó. Y es que la cámara siempre fue uno de sus juguetes favoritos.

Con poco más de diez años ganó otro concurso de fotografía. Se trataba de una instantánea que realizó Mateu a su hermano haciendo pis en la pared de una casa. "Yo hice esa foto para chivarme a mi padre del comportamiento de mi hermano, para que le riñeran" explica Mateu entre risas. En su caso, Mateu, además de realizar fotografías de estudio, reportajes de eventos y retratar su pueblo, es un apasionado de las fotografías artísticas y de arquitectura.

Tres generaciones, tres estilos diferentes, pero dos lazos en común: el negocio familiar y un pueblo lleno de vida, de tradiciones y cultura que ha sido plasmado a través de sus fotografías.

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