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Inca

El cuartel también es centenario

El Ayuntamiento de Inca se ha volcado en el centenario del Teatre y se olvida del General Luque

El general Agustín Luque visita el cuartel que lleva su nombre tras finalizar las obras. Arch. Joan Rosselló

El 14 de enero de 1915 la ciudad de Inca vivió una gran fiesta. Los jefes, soldados y oficiales que debían ocupar el recién finalizado cuartel General Luque efectuaron un desfile militar a través del centro de la población, desde el viejo cuartel (hoy ya inexistente) que se ubicaba en la actual avenida de los Reyes Católicos hasta la flamante guarnición.

La auténtica aventura había comenzado cinco años antes, en una mañana fría. Era el 14 de febrero de 1910 y los operarios municipales empezaban a construir el que es quizá el edificio más emblemático de la ciudad, el cuartel General Luque, junto con el Teatre Principal.

De ello hace ya 105 años y lo que en principio fue un magnífico emplazamiento castrense es hoy un conjunto de edificios públicos. Un lugar que después de años de olvido y degradación resurge en forma de un museo, una escuela de formación, un edificio de asistencia social, y otros servicios que van comenzando a funcionar.

Las obras del cuartel General Luque fueron realmente accidentadas pues se iniciaron y se detuvieron en varias ocasiones debido a problemas económicos. La realidad es que supuso un gran dispendio para las arcas municipales.

Arquitecto

El proyecto costaba inicialmente 42.898 pesetas y dirigía las obras el arquitecto Guillermo Gambes, al tiempo que las ejecutaba el maestro de obras Bernardo Oliver, según consta en la adjudicación aparecida en el boletín oficial de la época. Los primeros trabajos que se ejecutaron fueron los de construcción de la fachada principal y lo que sería el edificio administrativo del acuartelamiento.

Los primeros problemas económicos del Ayuntamiento de Inca no tardaron en aparecer pues el Gobierno había prometido una subvención, pero el dinero no llegaba y era sólo el esfuerzo de las arcas municipales la que sufragaba el coste de las obras. El Ayuntamiento se planteaba la posibilidad de suspender el trabajo al concluir el pabellón principal.

En ese momento fue cuando el general Agustín Luque Coca (1850-1936), que después sería nombrado ministro de la Guerra, visitó Inca. Fue el 5 de septiembre de 1910. El general ya era por entonces una persona muy querida en Inca. Puesto al corriente de las vicisitudes de la empresa emprendida, el militar tranquilizó a las autoridades. Se comprometió a defender su causa en Madrid pues consideraba que si el Estado había designado a Inca como sede de un regimiento debía ser el Gobierno quien procurase un acuartelamiento digno. Los responsables municipales propusieron nombrarle hijo ilustre en ese momento, aunque el general se opuso.

Con su intercesión fue posible continuar con las obras y así, el 14 de septiembre se había finalizado el primer pabellón.

El general Luque fue nombrado ministro de la Guerra en abril de 1911. Ya directamente implicado, el militar reactivó el proyecto y en mayo de ese año se iniciaron los cimientos del segundo pabellón. Se trata del edificio que se encuentra inmediatamente a la derecha del patio de armas. El Estado destinó 70.000 pesetas, cantidad muy elevada para la época, a la continuación de las obras. Entonces comenzaron a remitirse las comunicaciones referentes al proyecto denominándolo Cuartel General Luque, en referencia a su impulsor. Ese nombre ya no se le quitaría jamás y, de hecho, es el que hoy le distingue a pesar de no ser ya un cuartel.

Hijo Ilustre

Las obras siguieron y en 1914, de nuevo el general Luque visitó la ciudad. Fue entonces, el 16 de marzo, cuando el consistorio le nombró hijo adoptivo e ilustre de Inca. El día 19 se descubrió una placa que daba el nombre del general a la avenida que lleva al cuartel.

Llegó 1915 y con él la orden de traslado del regimiento de Inca al recien finalizado cuartel. A principios de enero llegaron, procedentes de Palma, la comisión de jefes y oficiales designados por el gobernador militar. El 14 de enero se dio orden de traslado de la tropa y ésta formó en las calles Barco, Jesús y plaza del ganado (hoy Mallorca). Se inició la marcha en formación despertando gran admiración al cruzar todo el casco urbano. A la llegada de la fuerza se formó frente a la entrada principal y al son de la Marcha Real se hizó por primera vez la bandera nacional en el cuartel de Inca.

Ese mismo año se inició también la urbanización del barrio de Crist Rei, que hoy rodea el antiguo acuartelamiento, según el historiador local Miquel Pieras. Así pues 2015 es un año de celebraciones que, sin embargo, parecen haber despertado muy poco interés consistorial pues hasta el momento no se ha celebrado ningún acto oficial recordándolo.

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