Hace diez años Alicia perdió un tren. Era el de las 7,30 de la mañana, y a esa hora, como cada día, tenía previsto acercarse a la estación de Vallecas, entre la del Pozo del Tío Raimundo y la de Santa Eugenia, para subirse en dirección a Atocha. Pero aquella mañana se quedó dormida. Era un 11 de marzo, el del 2004, pero pocos minutos después la jornada pasó a ser trágicamente conocida simplemente como el 11M.

"No hay día que no nos acordemos de aquello", asegura Juanba Fuentes -pareja de Alicia Gómez-, y es que para ellos lo vivido esa jornada y las siguientes fue determinante para tomar la decisión de abandonar Madrid y empezar una vida completamente nueva en Mallorca. Ese mismo mes de marzo Alicia, Juanba y sus dos hijos de 1 y 3 años tomaron un avión para visitar la isla e intentar sondear posibilidades de trabajo aquí "pero, lo que son las cosas, -recuerda él- en Barajas nos retrasaron el vuelo dos horas y en ese tiempo decidimos que veníamos para quedarnos, y así fue".

Como es obvio, ambos se acuerdan perfectamente cómo transcurrió aquella mañana: Alicia y Juanba estaban desayunando conscientes del retraso que llevaban y escucharon una explosión, "pero es verdad que no le dimos ninguna importancia porque estábamos rodeados de las obras del PAU -Plan de Actuación Urbanística- de Vallecas. Al poco tiempo sabemos por la radio que ha habido una explosión en Atocha y se dijo algo de posibles sospechas de un sabotaje de trabajadores de Renfe o algo así".

Al oír la noticia, Alicia decidió salir rápidamente porque se imaginó que el centro sería un caos, pero su metro se detuvo antes de llegar a Atocha y les hicieron bajar. Fue en aquel momento cuando, al pisar la calle, recuerda que contempló una ciudad sin coches y con ambulancias en todas partes. Pero no supo qué había sucedido hasta que llegó al trabajo.

Imágenes en la memoria

Juanba cuenta que al tener las primeras informaciones de los atentados intentó hablar con Alicia "pero llegó el colapso de las líneas telefónicas y no pudimos hablar hasta la una de la tarde". Ese día ni él ni sus hijos salieron de casa, pero no se le borran de la mente las imágenes de los días posteriores: "Los niños iban a la guardería cerca de la estación del Pozo y al pasar por allí veíamos los restos de los vagones. Además, un padre murió en el tren y las maestras tuvieron que explicar el tema a los alumnos mayores, porque se estaban dando cuenta de todo". Otra imagen que marcó esas jornadas siguientes, aseguran, fue el de multitud de carteles en las calles de Vallecas con fotos de gente desaparecida.

"Todavía hoy me pregunto por qué pasó allí, en Vallecas. Todos los atentados son terribles, pero muchas veces tienen objetivos de centros de poder o algo así, pero esas bombas en el corredor del Henares y a esas horas lo único que podían conseguir era una masacre de ´curritos´ y de estudiantes", reflexiona Juanba.

Reconocen que aquel golpe les cambió la vida. El hecho de ser ´su´ tren fue un mazazo para Alicia, y también el haber vivido los trayectos hacia Atocha de las siete y media de la mañana del 15 o el 16 o el 17 de marzo fue muy duro: "La semana siguiente ese tren iba prácticamente vacío y la gente no hablaba, nadie se decía nada".

Otra consecuencia que vivieron en primera línea fue el ambiente crispado fruto de las manipulaciones informativas y políticas, "en Vallecas hubo muy mal rollo con todo aquello, y esa animadversión hacia aquellos políticos se vio muy clara en las elecciones del día 14".

Cuando han pasado diez años de aquellos trágicos sucesos ocurridos en Madrid, la familia bendice el cambio que les llevó a fijar residencia en el municipio mallorquín de Alaró. Alicia dejó atrás su ocupación de Madrid en el Deutsche Bank y en este tiempo se ha formado y ejerce como instructora de pilates.

Actualmente ambos comparten lugar de trabajo en su propio centro de fisioterapia y pilates en Alaró. Juanba es fisioterapeuta, había trabajado en el centro médico de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, y en 2004 tenía su clínica de rehabilitación en la capital. Ahora, echando la vista atrás, los dos tienen claro que aquel tren perdido el 11 de marzo de 2004 y aquel terrible día que conmocionó a todo el país les cambió completamente la vida para bien.