­El próximo 30 de octubre, una expedición mallorquina en la que participa Antoni Pons junto a otros cuatro compañeros sale en dirección a Isla Reunión, situada en el océano Índico, a unos 700 kilómetros de Madagascar, con la intención de cruzar el Trou de fer, considerado como el barranco más peligroso del mundo. De hecho, es el único que cuenta con la categoría VII y fue descrito por su descubridor Pascal Colas, en el año 1989, como un barranco "abominablemente difícil". Un rescate en este barranco es muy complicado, ya que cuenta con saltos de agua de 350 metros de altura, totalmente verticales.

Según explican los expedicionarios, ésta será la tercera aventura mallorquina en este torrente, siguiendo los pasos del maestro Pep Barceló, el primer isleño en visitar el barranco en el año 2001. Posteriormente, una expedición liderada por Abel Femenias repitió viaje en el año 2007.

En esta ocasión, el reto que se han planteado los expedicionarios mallorquines es, si cabe, todavía más difícil. "Intentaremos realizar el descenso por la vía más difícil, la ´bras mazerin´", explican.

El descenso se completará en unas 50 horas. Por ello, los aventureros deberán transportar, junto al material técnico necesario para el descenso del torrente, una carga extra que incluirá la comida de tres días y material para pasar la noche en el mismo torrente. El peso aproximado que deberá cargar cada uno de los expedicionarios rondará los 25 kilos "por el efecto de llevar el material mojado", precisan.

Antes de iniciar el descenso del Trou de fer, los aventureros tienen intención de visitar barrancos de gran dificultad, algunos de los cuales de varios días de duración.