El uso del velo integral islámico ha quedado prohibido en sa Pobla, una de las localidades con un mayor porcentaje de inmigrantes magrebíes que profesan la religión musulmana. El equipo de gobierno del PP, con mayoría absluta, aprobó de forma inicial en el pleno celebrado ayer por la noche la modificación de la ordenanza de Buen Gobierno, Civismo y Convivencia Ciudadana que, a efectos prácticos, supone la prohibición en los espacios públicos de la localidad, incluidas calles y plazas, del velo integral, así como los pasamontañas y otros accesorios que "impidan o dificulten la identificación y/o la comunicación visual de las personas".

El alcalde Biel Serra justificó la medida en la "seguridad ciudadana" y en la "dignidad de la mujer". A su entender, se trata de una propuesta "rigurosa y clara" que mejorará la convivencia ciudadana en la localidad. La sala de plenos registró una elevada presencia ciudadana y de medios de comunicación.

A pesar de que no se registró ningún voto en contra, la oposición municipal cuestionó la medida al entender que es "populista" y que ha nacido "sin consenso" tanto con los partidos como con las asociaciones que desde hace décadas trabajan en el ámbito de la inmigración. Los diferentes portavoces coincidieron en reprochar al alcalde falta de información previa sobre la propuesta y que "se haya buscado, sobre todo, la noticia". El único grupo que votó a favor fueron los Independents, mientras que la Lliga, el PSOE y el PSM se abstuvieron.

Fractura social

El más contudente fue el único edil del PSOE, Lluís Socias, que denunció lo que considera una "decisión unilateral" de un alcalde que "busca notoriedad" y que "no ha consultado la medida con el área de Servicios Sociales ni con la Policía Local". Socías cuestiona además la constitucionalidad de la medida aprobada ayer y consideró que una prohibición de este calibre "debería provenir de un organismo superior, y no del ayuntamiento de sa Pobla". El socialista vaticinó que la medida "creará una fractura social".

Por su parte, el exalcalde Joan Comes, portavoz de los Independents, grupo que apoyó la modificación de la ordenanza, criticó que el PP haya elevado a pleno la propuesta "de forma precipitada y sin consenso, buscando la noticia". Comes justificó su voto favorable a la propuesta en la "coherencia", ya que "todas las personas deben poder ser identificables y hay que preservar la dignidad de la mujer". A pesar de ello, añadió que el uso del burka en sa Pobla se circunscribe "a un máximo de dos mujeres", por lo que, a su entender, la medida "es innecesaria". Al igual que el PSOE, los Independents también creen que la iniciativa "podría crear malestar social y un incremento del racismo".

La portavoz accidental de la Lliga Regionalista, Alícia Payeras, reprochó que la propuesta "se haya presentado con nocturnidad" y que se fundamente en base a argumentos "débiles". A su entender, los "efectos colaterales de la inmigración son otros, relacionados con la venta de droga, mujeres cerradas en casa, locutorios u órdenes de expulsión". Preguntó si la nueva ordenanza prohíbe el uso del burka en la calle o sólo en edificios públicos, a lo que el alcalde contestó que la intención es que la limitación afecte también a las calles "si la Ley lo permite".

Por su parte, Margalida Vidal, del PSM, argumentó que la medida "es restrictiva" y que "no solventará un problema que pasa por educar más a la gente en la libertad". "Sólo contribuirá a que las mujeres no salgan a la calle", dijo.