De 6 a 20 grados. De las lanas a las camisetas de tirante. El Día de les Illes Balears se benefició ayer de la óptima metereología que sacó a miles de ciudadanos de sus casas para ir a comer en compañía. Sí, comer, porque los 215 tenderetes dispuestos entre el passeig Sagrera, el parc de la Mar y la avenida Antonio Maura estuvieron dedicados al mundo de la gastronomía preferentemente. Por goleada ganó la ensaimada, que tuvo además su II campeonato mundial que ganó un horno de Llubí entre diez obradores de las islas, al resto de artesanías, junto a otros reyes de la fiesta autonómica, los productos baleares, entre aceites, sales, quesos, galletas además de la estimada sobrassada.

El picnic autonómico tuvo momentos álgidos como los que se vivieron frente al Consolat de la Mar al compás del jaleo de los caballos de Menorca, que hicieron siete exhibiciones de las cabriolas de estos sementales montados por diestros jinetes. No faltó el paso español.

No muy lejos, en las casetas de las consellerias se repartía información de su cometido. Las más activas, la que orientó sobre la celebración del día de la Mujer, este 8 de marzo, y la de Medio Ambiente. Ecología y feminismo al alza en una diada más festiva que reivindicativa. Al menos, a pie de calle.

Los niños de la autonomía

En Ses Voltes, la Diada se alió al mundo menudo ya que fue este espacio el que se reservó para que los niños bailaran, posaran con los personajes de la Guerra de las galaxias, construyeran sus legos y aprendieran a jugar a la rayuela y al ajedrez. La cantante Arantxa Calvo se llevó el primer aplauso al interpretar el himno balear, La balanguera, junto a las Chicas del Coro.

En otro escenario pero al hilo de la festividad autonómica, tuvo lugar el primer encuentro de encajeras y bordadoras en el Museo Histórico Militar de San Carlos.

No pudieron faltar rondallas y cuenta cuentos populares en un día que se pone en alza “lo que somos” en estos “35 años de historia de las Balears”, como recalcaría la jornada previa la presidenta autonómica Francina Armengol. Aparte de Palma, y para descentralizar, hubo festejos en otros municipios de Mallorca, a los que hay que sumar las fiestas en las otras islas de Balears.