La saturación turística tiene un saldo negativo en Palma ya que se han duplicado el número de quejas ciudadanas por motivos relacionados directamente con el éxito de la temporada.

Si el año pasado, las reclamaciones remitidas a la Oficina de la Defensora de la Ciutadania fueron de 46 entre junio, julio y agosto, en el verano de 2017 han ascendido a 80.

Este verano, la novedad en la oficina han sido las reclamaciones por obras llevadas a cabo sin licencia o, si la tenían, excediéndose del horario permitido. El caso de la calle de La Rosa, donde la construcción de un establecimiento hotelero ha provocado situaciones de estrés entre los vecinos, es un ejemplo fragrante puesto que, tal y como apunta Anna Moilannen , la defensora de la Ciutadanía, "afecta a varias regidurías, y la sensación que da es la falta de coordinación entre ellas". Tal y como este diario ha publicado, los vecinos llevan sufriendo ruido por obras fuera del horario permitido, incluso en domingos y festivos.

Reunión

El 20 de septiembre se reunirá la comisión municipal del ruido y de salud. La defensora Moilannen, que en julio cumplió un año en el cargo, se quejó de que "siempre falta algún representante de las áreas implicadas -Sanidad, Urbanismo, Policía Local y Emaya-, y así no se puede avanzar en dar solución a estos problemas; algunos tan graves como el ruido que afecta directamente a a pérdida de la salud de los afectados". La Organización Mundial de la Salud considera el ruido más allá de los límites permitidos como una de las causas de enfermedad más nociva.

Otros motivos de quejas esgrimidos en estos tres meses y que se muestran en los ochenta expedientes abiertos se deben a quejas por obras sin licencias que se dan, por ejemplo, en cerramientos de patios para usarlos como terrazas de bares y restaurantes, o en reformas para ampliaciones. Las zonas más afectadas son Sa Gerreria, Cala Major y Santa Catalina.

Las otras denuncias de los vecinos son por obras que, aún teniendo permiso, abusan del horario incumpliéndolo, muchas veces en Zonas de Gran Afluencia Turística (ZGAT), exceso de suciedad con restos de obras y abusos de permisos de estacionamiento por obras. Los casos se han dado en la ya mencionada calle de la Rosa, en Sa Gerreria y en Tous i Maroto.

Los ruidos, un capítulo doloroso

El exceso de ocupación de la vía pública, el abuso de aforos y/o la gran afluencia de personas en calles, plazas y terrazas más allá del horario permitido o el uso de elementos audiovisuales como televisores, proyectores y altavoces ha sido motivo de quejas constantes todo este verano.

Algunas denuncias de los residentes inciden en que la Ruta Martiana vuelve a ser 'la pesadilla' de los vecinos de la zona los martes, y este verano, también los jueves y viernes.

El ruido generado por la proliferación de terrazas y por la gran afluencia de personas en plazas ha extendido su radio de acción a Son Oliva, Ciudad Jardín y Plaza Madrid, "lugares más frecuentados por residentes".

Por último, y así lo indica el informe de la Defensora de la Ciutadanía, frente al aumento de músicos en el centro de Palma ante la afluencia turística y con un vacío legal a la hora de ponerle límites también sacude al vecindario de zonas del centro. "Hace falta un listado de artistas autorizados", reclama Moilannen.

No se escapa el tema de la suciedad al 'llanto' vecinal. De "deficiente" ha sido calificada la actuación de recogida de trastos por escasa frecuencia, pero también, por falta de "incumplimiento de los ciudadanos y empresas al dejar depósitos de trastos fuera de horarios y días de recogida, o en lugares erróneos. La falta de civismo de dueños de perros que no recogen las cacas de sus mascotas también es motivo de queja.