Feli Marcos Barrado: "Ningún alcalde de Palma se ha enfrentado a la mafia del ruido en la Lonja"

Esta salmantina, nacida en 1945, puso nombre y apellidos a este atropello a los derechos fundamentales del ser humano, y habló alto y claro, sin chillar, treinta años atrás. La lucha vecinal para reivindicar el derecho fundamental al descanso la dejó exhausta, pero no la venció, ni siquiera con amenazas de muerte. Hoy sigue.

"El tema del ruido en la Lonja está vinculado a la trama de la corrupción policial. Estoy segura que irán saliendo más cosas, aunque han tenido que ser los jueces los que han abierto la caja de Pandora. Ningún alcalde de Palma se ha enfrentado a la mafia del ruido. Y ahora, seguimos igual", acusa. Por ello, el abogado Lluís Gallardo, un jurista especializado en problemas de ruido, demandará este verano al Ayuntamiento por "no hacer nada".

-¿Imaginó que después de tres décadas de lucha, tendrían que volver a denunciar al actual Ayuntamiento por impasividad?

-Los políticos no han entendido nada. Se podría haber solucionado hace años a través del decreto 20/1987 de la CAIB, que ordena a los ayuntamientos adoptar medidas correctoras y necesarias para proteger el medio ambiente y los derechos de los ciudadanos contra el ruido. En los estatutos de autonomía de Balears ya se hablaba de que las islas vivían del turismo y, por tanto, se recomendaba un turismo de calidad y respetuoso con el medio ambiente. No se solucionó. Parchearon. Todos, absolutamente todos los que gobernaron en Cort, fueron insensibles a este tema.

-¿El ruido mata?

-Sí, y no lo digo yo, sino Isabel López Barrio, una de las personas que más conoce el tema, integrante del Instituto de Acústica del CSIC, quien lo advirtió muchos años atrás. La exposición continuada al ruido acorta la vida de las personas. En la Lonja tenemos casos con justificantes médicos. Yo misma tuve que ser ingresada en la UCI por problemas cardiovasculares. La Organización Mundial de la Salud reconoce que por encima de 50 decibelios, pueden salir úlceras de estómago, estrés, cansancio, problemas cardiovasculares, y todos aquellos trastornos psicológicos derivados del estrés como ansiedad, depresión...

-¿Cuándo han sido las últimas mediciones en la Lonja, y con qué resultado?

-Las últimas fueron en 2014 y 2015 con un resultado por encima de sesenta decibelios cuando el límite está en 50.

-Hagamos marcha atrás. ¿Cuándo surge la plataforma contra el ruido de la que usted formó parte y fue voz cantante?

-Nosotros vinimos a vivir a la Lonja en 1984. Era un barrio degradado pero tranquilo. En nuestra casa, los dormitorios daban a la calle del Mar, la que después se convertiría en una de las más ruidosas. Cuando empezamos a tener problemas de ruido no existían leyes que protegieran el descanso. Nos decían que no teníamos nada que hacer, a lo que nosotros respondimos, pues si no hay nada, lo haremos. No se puede torturar a la gente. Observamos la perversión de la mafia del ruido, término que acuñó oportunamente Forges, y nos unimos a la Plataforma estatal contra el ruido, con escepticismo, desde luego, porque esa mafia está establecida en las instituciones. Los políticos no han entendido nada. En Palma, Fageda fue el que demostró más sensibilidad, pero le pararon los pies. Como ya te he comentado, no hicieron nada, hasta que en 1995 aprobaron la ordenanza municipal. Nos pareció bien. ¡Todavía teníamos fe! El problema principal era por aglomeración de gente. Recuerdo que el primer expediente de zona contaminada, cuando fueron a hacer mediciones, le dijeron al músico que tocaba de día y de noche que dejara de tocar, porque iban a medir. ¡De chiste! En Cort ya empezaba a haber maniobras. En la habitación de un señor mayor, al que habían operado de un riñón, se contabilizaron más de 70 decibelios a las 4 de la mañana. Expuse el caso de la calle Vallseca en un Congreso de AECOR, porque el límite era de 25 decibelios, y además cada tres decibelios de noche, se duplica el ruido. ¡Es algo inhumano, y esto lo midieron desde Cort, y no hicieron nada!

-Las aglomeraciones se trasladaron a otras zonas. La Ruta martiana fue su seguidora. ¿Se ha frenado el ruido en su barrio?

-El ruido nunca ha cesado en La Lonja. Hemos sido declarada Zona Acústicamente Contaminada (ZAC) dos veces, y después nos nombraron Zona de Especial Protección (ZEC), pero no sirve para nada. Los fines de semana, en horario de verano, cierran a las 3. Se ha frenado la aglomeración pero no ha disminuido. Es uno de los barrios con mayor concentración e bares y restaurantes de la ciudad, y la más vulnerable;aunque es cierto, que hay menos bares musicales que antes.

-¿Se percibe movimiento de alquiler vacacional? ¿Agravará la situación?

-Ese es otro tema añadido, el de la pérdida de identidad de la zona. Muchas personas mayores no pudieron resistir y acabaron mal vendiendo sus casas y se fueron antes de morir por el ruido. Ahora son los extranjeros los que han comprado para alquiler vacacional, sobre todo, alemanes, rusos e ingleses. La Lonja se ha convertido en un parque temático. Y eso conlleva más ruido.

-La Defensora de la Ciudadanía asegura que pueden ser compatibles los derechos de los residentes con los de los empresarios.

-Eso es lo peor que pueden decirnos. No se puede confundir ruido con desarrollo. Se podría conjugar si se tomaran medidas: regulación de usos, limitación de horarios y control de licencias. En todos los foros internacionales recomiendan que en los cascos históricos se fomente el uso residencial, la diversificación de la actividad económica, pero en Palma, ¡ya ves! ...

-El ex jefe de la Patrulla Verde fue detenido. ¿Cree que se destaparán más casos?

-Hace años que denunciamos cómo algunos locales recibían avisos de inspecciones. En la Lonja, la mafia empresarial estaba en connivencia con la Policía Local. Van saliendo cosas pero nunca saldrán todas. En España, si no fuera por los jueces, hay total impunidad. No hay voluntad política, hacen que todo siga igual.

-¿Por qué sigue viviendo aquí?

-Porque es mi casa y mi derecho.