Sus padres tenían una empresa familiar de tráilers. "Iba para conducir camiones, pero al final estoy en el bus", dice Cristina Palmer. Es su primera experiencia profesional tras un volante y se siente segura con sus funciones. "Al principio lo tenía que pensar todo, pero luego es mecánico. Aprendes a cobrar un billete y esquivar un coche a la vez y lo haces sin pensarlo", asevera. Desde que en marzo entró en la EMT, ha recibido comentarios machistas. "Antes de que me digan nada, les respondo: ´Agárrese, que me han regalado el carné´. Pero luego cuando se bajan del bus algunos me han felicitado". Lamenta que el tráfico no está bien organizado en Palma y señala que debería haber más aparcamientos disuasorios fuera del centro.