La décima edición de La hora del planeta vuelve a dejar huella en Palma, donde una decena de edificios emblemáticos del centro de la capital mallorquina apagaron sus luces ayer entre las 20.30 y las 21.30 horas para concienciar a la ciudadanía sobre el cambio climático. La Seu, el Castell de Bellver, Cort, el palacio real de la Almudaina o el aeropuerto de Son Santjoan fueron algunos de los inmuebles que desconectaron la iluminación de sus fachadas y se adhirieron a la iniciativa de la ONG ecologista WWF, que pide acelerar la transición hacia las energías renovables.

Aunque no se inscribieron en la web oficial de La hora del planeta, también apagaron sus fachadas el Consolat de Mar (sede de la presidencia del Govern balear), el Palau Reial, la Misericòrdia, la Llotja, el Palma Arena o el polideportivo Príncipes de España, entre otros edificios públicos.

Respecto a las empresas privadas, el grupo turístico Iberostar, los grandes almacenes El Corte Inglés de Jaume III, la patronal Asima (que representa a los polígonos industriales de Son Castelló y Can Valero), y los hipermercados Alcampo y Carrefour y el centro comercial Porto Pi Centro también anunciaron que se apuntaban al apagón de sus fachadas.

Entre los particulares, el impacto de La hora del planeta resulta difícil de calcular. Casi 200 personas de toda Mallorca se inscribieron en la web oficial de los organizadores y se comprometieron a apagar las luces de sus domicilios.

Además de Palma, también se sumaron a la iniciativa otros nueve municipios mallorquines. El que más edificios apagó fue Puigpunyent, aunque también participaron en menor medida Inca, Manacor, Binissalem, Valldemossa, Son Servera, Capdepera, Muro y Estellencs.