La dueña de una bicicleta de paseo se quedó a cuadros cuando le dijeron que la grúa que retira los vehículos mal aparcados se había llevado el suyo. Había atado su bici a un poste de la primera línea de Can Pastilla, en la calle Palangres, número 7. Al regresar, se encontró con la habitual pegatina que informa de la retirada. La ordenanza municipal prohíbe atar bicicletas y motocicletas al mobiliario urbano. Testigos del suceso denuncian que la bici no molestaba y que no hay aparcamientos para este tipo de vehículos, por lo que sus usuarios tienen que dejarlas atadas donde puedan.