La degradación del campo de fútbol del Lluís Sitjar es imparable. Un informe del departamento de Urbanismo del ayuntamiento de Palma fechado el pasado mes de febrero indica que las medidas cautelares ordenadas hasta en cuatro ocasiones por Cort no han servido para nada.

Las instalaciones han continuado su degradación hasta el punto de que en estos momentos "hay indicios suficientes", según el teniente de alcalde de Urbanismo, Jesús Valls, para declarar su ruina técnica. Y eso es lo que va a hacer la administración municipal en las próximas semanas: iniciar el expediente de declaración de la ruina técnica del estadio -no solo la económica como ahora-, además de retomar la tramitación para proceder a la demolición subsidiaria de las instalaciones.

Lo anterior significa que ante la pasividad de los copropietarios del estadio (el Mallorca dispone del 33 por ciento de los 666 títulos de propiedad), el Ayuntamiento lo demolerá y les pasará posteriormente la factura. Valls indicó que estas obras pueden tener un coste "de entre 1 y 2 millones".

No obstante, hasta llegar al punto anterior se deberá iniciar nuevamente la notificación a los copropietarios ya que la realizada en el anterior mandato no sería válida, puesto que en aquella ocasión se les indicaba que las instalaciones debían demolerse por encontrarse en ruina económica. Mientras tanto el juzgado de lo contencioso administrativo número 1 de Palma deberá decidir sobre el fondo del recurso presentado por el Real Mallorca contra la demolición del estadio ordenada por el anterior equipo de gobierno. La vista está fijada par el próximo día 31 de julio.

El Ayuntamiento ya ha remitido al juez el nuevo informe en el que, entre otras cuestiones, se indica que en determinadas zonas del estadio "la oxidación de las armaduras ha producido una disminución de la capacidad mecánica del armado de las vigas de un 80 por ciento". En el mismo informe el técnico que suscribe afirma que en determinadas zonas de las instalaciones "existe la posibilidad de colapsos parciales".

Como consecuencia de la extracción de las canalizaciones eléctricas y de agua probablemente por parte de recuperadores ilegales de metales, la circulación por la planta baja de la grada norte "es prácticamente imposible" ya que "la mayor parte de su superficie está llena de ruinas y tierras procedentes de las excavaciones realizadas, con el peligro que ello representa".

Asimismo, se indica que los forjados de ladrihierro situados debajo de buena parte de las gradas "han empeorado gravemente y presentan un estado de oxidación expansiva en gran parte de su superficie". El informe se acompaña por una relación detallada de las medidas cautelares ordenadas por Cort hasta en cuatro ocasiones, además de las visitas periódicas realizadas por la Policía Local que, entre el 29 de febrero de 2012 y el 5 de febrero de 2014 suman 25.

El último informe policial indica que no se han localizado personas en su interior, aunque los vecinos de la zona han asegurado ver a personas dentro del inmueble.

El teniente de alcalde de Urbanismo reiteró que el futuro del solar que ahora ocupa el estadio, que ya se va a contemplar en el avance del planeamiento del nuevo Plan General será el de incorporar este solar a la futura Cuña Verde como espacio libre público. El Ayuntamiento, una vez descartada la propuesta presentada por el Real Mallorca mantiene en pie la posibilidad de permutar estos terrenos por los de Son Moix.

Valls lamentó que la entidad deportiva no haya aceptado la petición municipal de desistir del recurso presentado contra la demolición con el fin de poner fin al proceso de degradación de las instalaciones.