En el bar Bosch, el mascarón de proa del paseo del Born, hay una sucesión de fotos antiguas formando una panorámica de los comercios existentes hace más de dos décadas en el lado de los números pares. En blanco y negro se pueden ver los letreros de JJB Sports, la joyería Karati, una droguería, una mimbrería, la perfumería Gerardo Cañellas, las agencias de viajes Iberia, Halcón y Marsans, los bolsos de L´Ofre y la tienda de telas Quesada. Estas dos últimas continúan, pero las demás han sido sustituidas por otros comercios. Sin embargo, lo que más recuerda Onofre Flexas, el dueño de la cafetería abierta en 1936 (él lleva 37 años), son los desaparecidos bares del paseo, entre ellos el Miami, el Baleares, la Granja Reus y el Formentor -en la cercana calle Constitució-, y restaurantes como el Antonio, Fígaro y Yate Ritz.

Siente cierta nostalgia por aquella época -"me gustaba el Born de antes"-, pero reconoce que "las ciudades se renuevan y uno no puede detener la inercia de la vida". En esos negocios que rememora se encuentran ahora las firmas internacionales Zara, Massimo Dutti, H&M, las lujosas Louis Vuitton, Mulberry, Hugo Boss, Carolina Herrera y otras tantas que se han ido asentando poco a poco en los últimos años. El primer paso de la evolución del Born "comenzó en 2002 con su semipeatonalización" en el lado de los números pares, destaca la presidenta de la asociación de comerciantes del paseo, Carolina Domingo.

Sin embargo, la reforma del histórico casal Can Alomar y la llegada de Louis Vuitton en 2010 "fueron el empuje definitivo, ya que hasta entonces ese edificio era como un agujero negro en medio de la calle, pese a que ya se habían implantado varias firmas de prestigio", como afirma Xesca Castañer, la directora en Palma del Grupo Ferran, ubicado en la cercana plaza de las Tortugas. Tanto ella como Domingo creen que hay un tercer factor que ha impulsado esta vía como la milla de oro de Ciutat: la decisión del Ayuntamiento de permitir que se instalen terrazas de bares en el centro del paseo, una medida implantada esta legislatura y que provocó cierta polémica.

Para la directora regional de la consultora Richard Ellis, Tonia Vera, "es un factor más, porque aumenta el flujo de viandantes, aunque el punto de inflexión se produjo cuando se levantó la moratoria comercial en 2010. Muchas grandes firmas estaban interesadas en Palma desde hace años, aunque no podían entrar por la normativa, que limitaba los metros cuadrados, entre otras cosas." A ello hay que sumar que se trata de "una de las ciudades españolas con menos superficie bruta alquilable", señala.

Como el Born es la calle más golosa para las marcas de lujo y "hay muy baja disponibilidad de lo que ellos buscan", añade Vera, a quienes están bien ubicados les llueven las ofertas. Le ocurre a Domingo, también propietaria de la franquicia de la joyería Tous. Llegó al paseo hace 15 años tras darse cuenta del "potencial de la calle más bonita de Palma". No obstante, "estaba muy dejada y estrangulada por el tráfico, y se había convertido en un punto de encuentro de indigentes". La presidenta de los comerciantes, que empezó con un local de 4o metros cuadrados, ocupa ahora 144 metros, toda la esquina que perteneció a Viajes Marsans.

Telefónica e Inditex

Además, está justo enfrente del antiguo edificio de Telefónica. Fue adquirido el mes pasado por una sociedad relacionada con la familia Fierro March y ya tiene diversas marcas de moda a nivel internacional interesadas en su arrendamiento. El inmueble de tres plantas y unos 1.200 metros cuadrados necesita una reforma integral, aunque su espléndida ubicación lo hace muy atractivo, tal como reconocen las agencias inmobiliarias. Lo mismo ocurre con el edificio del antiguo cine Born, donde la firma Zara está en alquiler. El grupo Inditex lleva allí desde mediados de los años 80 y siempre ha querido comprar sus casi 3.000 metros cuadrados. En los últimos tiempos, parece que la negociación se ha acelerado y que el acuerdo está cerca, como avanzó ayer este diario.

El imperio de Amancio Ortega tiene especial predilección por el paseo del Born. El viernes 11 de abril abrirá un Massimo Dutti de más de 800 metros cuadrados en el edificio de Can Alomar y destinará el local actual -también en obras- para la sección de hombre, tal como confirmaron fuentes de Inditex.

En los alrededor de 200 metros lineales que hay desde la plaza de las Tortugas hasta la de la Reina, "la afluencia peatonal es baja si se compara con Sant Miquel, pero muchas firmas prefieren el Born porque buscan el prestigio de las llamadas ´zonas lujo´, es decir, las de los alquileres más altos", destaca Castañer. Como añade la presidenta de los comerciantes, "la falta de locales libres ha hecho que se conviertan en oro. No hay un precio por metro cuadrado, sino por lo que el inversor esté dispuesto a pagar".

La responsable de Richard Ellis matiza que hay muchos factores a tener en cuenta. "El operador sabe en qué acera y en qué tramo de la calle quiere estar, y cuánta superficie necesita, por lo que las propuestas que difieran pueden no interesarle", indica Vera. Por este motivo, prefiere no hablar de un precio concreto, sino de "una horquilla que en los últimos años se mueve entre los 80 y 150 euros por metro cuadrado".

¿Qué influye? Tanto ella como Castañer enumeran que lo más importante es la ubicación (el lado de los números impares es más caro), la superficie (en el lado de los pares hay locales muy pequeños), la fachada (mejor cuantos más metros lineales de escaparate), estar lo más cerca posible de la competencia y la morfología (si tiene columnas, escaleras, techos altos, etc.)

La mezcla es tendencia

La llegada masiva de marcas de lujo convive armoniosamente con firmas en las que se puede encontrar una blusa por nueve euros y pequeñas boutiques que no pertenecen a ningún gran conglomerado empresarial. En palabras de la presidenta de los comerciantes, "el éxito de las buenas calles es que haya oferta para todos, bien combinada y presentada. Es la tendencia a la que van todas las ciudades. Una mujer puede llevar un bolso de Louis Vuitton y una camiseta de Zara sin problemas, solo porque le gustan ambos artículos", como ejemplifica Domingo. No es que sea ni bueno ni malo, sino que "es la oferta y la demanda, ya que si un operador factura tanto que puede desembolsar el precio de un alquiler en una zona de lujo, se instalará allí, simplemente porque es mejor", especifica la directora de Ferran. La milla de oro del Born lo seguirá siendo mientras unos y otros continúen en el emblemático paseo.