El grupo municipal Més per Palma ha presentado 40 alegaciones a la nueva ordenanza de ruido con el fin de que el texto definitivo introduzca un lenguaje que sea más entendible para los ciudadanos y que garantice el cumplimiento de la normativa, así como la actuación municipal ante las denuncias por incumplimiento y las quejas.

La concejala Marisol Fernández calificó la nueva ordenanza como de "arbitraria y poco entendible para los ciudadanos, pese a que nos encontramos ante una cuestión de vital importancia porque los ruidos generan perjuicios muy negativos y de forma muy directa a la salud de las personas".

En el documento de alegaciones presentado por este grupo municipal plantean la necesidad de introducir una serie de mejoras que, con carácter general, pasan por la introducción del lenguaje no sexista en la redacción de la nueva norma, la creación de una comisión de seguimiento y que se adquiera el compromiso por parte de Cort de garantizar la respuesta municipal ante denuncias de particulares.

También consideran que se debe dotar de recursos suficientes a los responsables de hacer cumplir la ordenanza, entre otros.