La revista Namasté, una publicación independiente y gratuita, ha cumplido seis años. Su tirada es de 15.000 ejemplares y se distribuye por todo el archipiélago.

–¿Con qué objetivo lanzaron el número uno?

–Con el objetivo de dar un espacio y voz a todos los movimientos relacionados con la ecología, los movimientos sociales de vanguardia y el crecimiento personal.

–¿Cuál es el balance de estos seis años?

–Muy positivo porque hemos triplicado la tirada desde que comenzamos, 15.000 ejemplares, y la revista se distribuye por todas las islas Balears.

–Existe mucha gente que no cree en según qué cosas e incluso puede llegar a mirarlas por encima del hombro...

–Uno de los trabajos que hemos hecho fue profesionalizar y separar algunos temas poco serios como los relacionados con la videncia o los excesivamente esotéricos, para centrarnos en el equilibrio con uno, con los demás y con el medio ambiente.

–¿La consciencia de la gente está despertando?

–Ha habido un despertar colectivo de consciencia: la gente es consciente del cambio climático, por ejemplo, o de la epidemia de estrés y ansiedad que hay. La gente también es consciente de que la actual estructura política se está quedando fuera de juego porque actualmente se está produciendo una revolución.

–Según su experiencia, ¿qué hace falta en este momento?

–Movimientos sociales diferentes, más democráticos y más participativos.

–¿Cree que pueden llegar a ser absorbidos por el sistema?

–No. La palabra sostenible ha sido completamente absorbida por el sistema, por ejemplo, pero por eso ahora se habla de resiliencia, que es la capacidad de un sistema de soportar un impacto y aprender a mejorar.